María José Zorrilla
Ayer en la madrugada concluyó el Australian Open de Tenis con el triunfo del italiano Jannik Sinner y un día anterior el de damas con Sabalenka como la indiscutible ganadora del torneo en Melbourne. Al final previa la entrega de trofeos a finalista y ganador se dirigen algunas palabras sobre la numeralia del torneo y mucho llamó mi atención que no sólo habían roto récord con la asistencia de más de un millón de espectadores en el estadio, pero la cifra enunciada de más de mil millones de televidentes que siguieron los juegos me pareció asombrosa. Un deporte que están tratando de quitarle la etiqueta de elitista empieza a despertar un interés que desconocía en lo personal. Resulta que el tenis es el deporte individual más popular del mundo y ocupa el quinto lugar en la lista general donde el rey de todos los deportes es el futbol con tres mil. 500 millones de seguidores. Otras prácticas que son características de solo ciertos países como el cricket tiene dos mil, 500 millones de seguidores, el basquet dos mil, 400, el hockey sobre hierba con dos mil, y el beisbol, el llamado rey de los deportes se va hasta el octavo lugar con un aproximado de 500 millones de seguidores. Procuro seguir casi todas las trasmisiones indistintamente de la diferencia horaria como en este caso de 17 horas con Australia y en plena madrugada de México, durante uno de los partidos se tuvo que interrumpir la acción porque hubo una extraña protesta en la que arrojaron miles de pedazos de papel blanco desde los asientos más próximos a la cancha central y sobre la que no dijeron mayor cosa ni de que se trataba la protesta. Al parecer fracasaron en su intento porque no se le dio relevancia alguna a quienes la emprendieron, ni tampoco le dieron publicidad de cuál era el motivo de su accionar. Ayer unas activistas de la agrupación Riposte Alimentaire (Respuesta alimentaria) arrojaron sopa sobre la pintura de Leonardo da Vinci en el Louvre que no sufrió daño alguno por estar recubierta de un cristal. Su lema de alimentación sana y sostenible trata de concientizar sobre lo enfermo que esta el sistema agrícola francés, y dando a entender que la alimentación es más importante que el arte. Se suma a una serie de protestas de los agricultores galos solicitando parar el aumento en los costos de combustible y la simplificación de las regulaciones para su gremio. Llamar la atención es la intención de muchos. Protestar razonadamente contra injusticias, actos reprobables, medidas gubernamentales, acciones contra la humanidad, contra la naturaleza es algo que debe ser aplaudido, pero extremarlas hacia actos violentos me parece reprobable. Otras formas de llamar la atención es algo inherente a buena parte de la humanidad. Artistas, deportistas, políticos, fashionistas, tiktokers, youtubers así como millones de usuarios de otras formas de comunicación digital que están hoy en boga realizan actos, graban momentos, se toman fotos, dan consejos o noticias novedosas, acciones escandalosas para sobresalir de la masa y lograr el mayor número de likes o de aprobación popular. En Madrid, Erik Luna un diseñador mexicano vuelve a llamar la atención con una catrina alada en forma de mariposa monarca y posa esplendorosamente en plena Puerta de Alcalá durante uno de los más importantes eventos turísticos del mundo conocido como Fitur. Recuerdo a un político de una pequeña población sudamericana que se lanzó de un bungee (lanzamiento desde las alturas atado a una liana) para ganar popularidad diciendo que para gobernar había que tener valor y pantalones. Fue tan exitosa la respuesta que se aventó más una docena de veces y logró ganar la elección. En México los tiempos de las campañas empiezan a cerrarse y no dudo que publicistas, mercadólogos, estrategas políticos estén ideando las maneras más atractivas de llegar al mayor número de personas para hacer que su candidata o candidato sea conocido, aceptado y motive a no sólo generar una reacción positiva sino a impulsar a que la gente asista a las urnas el dos de junio a votar. Hay mucho desconocimiento todavía. Tal vez al país le urja una protesta muy llamativa contra la apatía, el conformismo y el allí se va.