Melitón Guevara Castillo
México está perdido. No encuentra un camino para resolver sus problemas de antaño. Estado se gobierna por tres poderes: El Ejecutivo, Legislativo y el Judicial. La teoría del Estado explica que, nunca una persona debe tener preponderancia en dos de ellos… que existen para que el poder, por el poder mismo, sea capaz de mantener un equilibrio. Y en México nunca ha sucedido así: el Legislativo siempre se ha supeditado, por sumisión, ante el Ejecutivo.
¿Por qué sucede así? La única explicación que se me ocurre es que los legisladores no saben cuál es la función que deben realizar. Aunque la Constitución, sea federal o local, establece con claridad lo que tienen que hacer. En principio, debemos recordar, los legisladores representan la voluntad de los ciudadanos y, en teoría, deben hacer lo que mejor le convenga, al ciudadano; pero no, el legislador, hace lo que más le conviene a él, a sus intereses personales o de camarilla.
PUDRICIÓN TAMAULIPECA.
Algunos de los legisladores tamaulipecos son, digamos, especiales. Sobre todo los actuales, de uno y otro partido político. Cuando inició la legislatura, hagan de cuenta, aun ni tomaban posesión y ya se sabía que unas de Morena se pasarían al PAN, como así sucedió, por eso la 4T no puede sentar sus reales. Mostraron, además, que son ignorantes, como así lo reconoció en su momento Armando Zertuche para justificar contratar asesores: no sabemos, digo, nada del proceso legislativo y se puso de ejemplo, que es un psicólogo.
Ya en las postrimerías de la actual legislativa. Ya con un liderazgo de Morena, hagan de cuenta, que están paralizados, no pueden hacer nada. Se burlan de ellos el Auditor Superior, el Fiscal General y el Fiscal Anticorrupción. Úrsula Salazar Mojica no ha logrado canalizar las energías legislativas ni con la descomposición que se está dando en la bancada panista: Luis René Cantú Galván y Félix Fernando García Aguilar cada vez batallan más para cumplir la agenda de su bancada, por la rebelión de unas y los estragos que provoca otra.
Y es que pese a lo que sucede en el PAN, Úrsula no ha logrado capitalizar la descomposición panista. En principio, recuerden como Sandra Luz García Guajardo, Linda Mireya González y Dany Aguilar renunciaron a la bancada panista y se convirtieron en un grupo independiente. Y el último escándalo de esta bancada es la acusación que Nora Gómez González hace por una supuesta falsificación de su firma… en un principio el pleito inicio con reclamos a Luis René y a Félix Fernando, pero en la acusación no los menciona y puntualiza, acusa a “quien resulte responsable”.
TRONAR EL DEDO.
Lo que está sucediendo con los legisladores federales, en este caso con los de Morena, es que no cubren las formas. Desde un principio renuncian a ser libres, al momento que le rinden honores al Presidente: “Es un honor estar con AMLO”; pero además muestran, evidencian, la sumisión puesto que, como diría Cravioto les truene el dedo y obedecen: les pide que no cambien ni una coma a sus iniciativas y le cumplen; les pide que le aprueben rápido sus propuestas y ni las leen, menos las estudian y levantan el dedo: les ordeno, según versión del Secretario de Gobernación, no hacer el nombramiento de los Comisionados del INAI y le cumple.
Y cuando en respuesta a una controversia constitucional, un reclamo del mismo INAI, que no puede trabajar, el Poder Judicial les ordeno cumplir con el mandato constitucional, se enojan. Dijo el senador morenista César Cravioto que ningún juez les va a tronar el dedo, entiéndase, para cumplir con un mandato constitucional. Y aparece, según externa Gerardo Noroña, que hay cerca de 100 nombramientos que el Senado no ha realizado… en pocas palabras, en lo particular Ricardo Monreal y el Senado en lo general, son violadores sistemáticos de la Constitución y le enoja, si, les enoja, que les recuerden su deber.
ACUERDO Y CONSENSOS.
Por lo que se ve, aquí y en el mundo, la praxis política es una ficción: una ficción porque en teoría la policía es avanzar en la construcción de una mejor sociedad en base a consensos y acuerdos, precisamente porque se vive en una sociedad que se asume como democrática. En la práctica, se avanza en base al autoritarismo, a la imposición, el mejor ejemplo es lo que sucedió con el empresario Larrea y las concesiones ferrocarrileras: como no se llegaba a un acuerdo, el gobierno las tomo por la fuerza, ocupación temporal dijo el Presidente. Y al final, no hubo pago alguno… solo un intercambio, ampliación de otras concesiones: que luego, también, por la experiencia, le pueden cancelar, porque son concesiones.
