noviembre 22, 2024
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José Inés Figueroa Vitela

Punto de referencia

diciembre 13, 2023 | 265 vistas

La quejas y denuncias de las oposiciones sobre lo que está haciendo el partido en el poder, que consideran “malo”, no han podido trascender, porque cualquier alusión, en el pasado, cuando ellos fueron gobierno, resultó peor y lastimosa en demasía.

Hablando de la inflación acumulada en lo que va del sexenio lopezobradorista, rondando el 28 por ciento, resultará similar a la más baja alcanzada por los gobiernos prianistas, precisamente con ENRIQUE PEÑA NIETO, pero de ahí para atrás, los niveles históricos se cuentan ascendentes.

¿Cuál es la diferencia entre el presente y el pasado tortuoso?

Que la principal presión inflacionaria del presente sexenio, además de los imponderables globales de la salud, se asocia al incremento sin precedentes en las percepciones de los trabajadores, en tanto que en el pasado la ecuación fue a la inversa.

Las crisis, el descontrol económico nacional, se soportó sobre la contención de los salarios y el disparo de los precios de los bienes de consumo, generando una degradación gradual y permanente de la calidad de vida de los mexicanos todos y de manera más dramática entre la clase asalariada.

En el pasado gubernamental, cuando había ahorros, recortes o sobrantes, sirvieron para el beneficio de particulares, entre el poder político y el poder económico que son solidario sus complicidades.

También los desequilibrios entre los ingresos y el gasto público, se soportó en deuda pública que metió a los distintos órdenes de gobierno en una dinámica hasta el punto que el grueso de los recursos fiscales terminó en manos de los banqueros, tajada de por medio para funcionarios corruptos.

Con la llegada de la 4T a las distintas instancias gubernamentales, la reorientación del tesoro público se ha centrado en privilegiar la opción por los más pobres, reabriendo nichos de oportunidad, proyectos de vida, que se habían cerrado para amplios sectores de la sociedad.

“Ya luego vemos como atendemos lo otro”, recién recordó de aquella escuela el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.

Son primicias que acompañan la Miscelánea Fiscal del Estado, incluidas la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egreso para el año entrante, enviada por el Ejecutivo, que se ha estado debatiendo en comisiones del Congreso Local, lo últimos días.

Ayer le tocó turno al presidente del Instituto Electoral de Tamaulipas, JUAN JOSÉ RAMOS CHARRE, ir a presentar los planteamientos sobre los que soporta la petición de un presupuesto que, nominalmente, es casi el doble de lo ejercido en el anterior año electoral similar.

La propuesta, en el paquete gubernamental, reduce en casi un 20 por ciento, la solicitud presentada por el Ietam y sigue representando un incremento cercano al 50 por ciento, respecto del referente, pero la exposición de CHARRE ante los diputados, siguió pretendiendo justificar el incremento superior.

Con todo que ahora comparten gastos en algunos apartados de los procesos electorales y otros de plano se han eliminado, el INE y el Ietam, con aquello de la unificación de fechas de las elecciones, ambas instancias han seguido incrementando los montos que requieren para sus ejercicios.

En otros estados, en los últimos años y procesos electorales, los órganos locales han recibido fuertes ajusten en el presupuesto asignado; Tamaulipas es de los pocos que se había salvado de tal tendencia.

Aún hoy, insisto, con el ajuste dispuesto por el ejecutivo en el paquete enviado al legislativo, la eventual aprobación corregida seguirá significando un marcado crecimiento en el gasto electoral.

A nivel federal, el INE enfrentó ajustes del 18 por ciento a su presupuesto, entre lamentos y reclamos que hablaban de incapacidad para ejercer sus funciones.

Cuando el pasado sexenio panista, la administración estatal no solo le redujo de manera unilateral el presupuesto al Ietam; se lo escamoteó, hasta someter a la autoridad, luego de provocar la renuncia de dos Presidentes del instituto.

Luego lo convirtió en otra dependencia, cuyos administrativos tenían que justificar cada gasto, para que la tesorería gubernamental les liberara los pagos, poniéndoles hasta a los proveedores y prestadores de servicios de entre sus amistades, cómplices y prestanombres.

Los ajustes de ahora no pretenden sujeciones ni tienen por destino hechos de corrupción; se trata de amarrarse el cinturón en el manejo del servicio público, para que haya más recursos que vayan en destino de extender la mano a los sectores más vulnerables.

Por el bien de todos, bien dice el eslogan cuatroteista, primero los pobres.

Si no hay cambios de última hora, eso será motivo del debate y la resolución de los diputados, ahora, al cierre del periodo ordinario de sesiones.

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