Elon Musk, el famoso empresario que revolucionó la industria automotriz, aeroespacial y la inteligencia artificial, ahora tiene un nuevo reto en el gobierno de Estados Unidos. Como jefe del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental en la segunda administración de Donald Trump, Musk tiene la tarea de aplicar su inteligencia innovadora al aparato burocrático estadounidense.
De madre canadiense y padre sudafricano, Elon Musk nació en Pretoria en Sudáfrica un 28 de junio de 1971 y llegó a Estados Unidos en 1995 para estudiar en la Universidad Stanford, mucho se ha escrito que desde joven mostró mucho talento para la tecnología y los negocios.
Tras fundar empresas como PayPal, utilizó su fortuna para apostar por ideas que parecen sacadas de una novela de ciencia ficción. Fundó Tesla y llevó al mercado autos eléctricos en masa, con SpaceX logró lo que hasta hace algunos años parecía imposible: la exploración privada del espacio, Starlink lleva internet satelital a cualquier rincón del mundo, con Neuralink trabaja en la conexión del cerebro humano con la inteligencia artificial y por si esto fuera poco acaba de hacer una oferta de 97 mdd para comprar OpenAi la famosa empresa de investigación y uso de inteligencia artificial.
Musk es caracterizado por su capacidad de hacer que las cosas sucedan, reduciendo costos y tiempos de producción en sectores tradicionalmente ineficientes, una razón por la que seguramente Donald Trump lo convocó para formar parte de su gabinete.
La relación entre ambas figuras ha sido de muchos altibajos pues durante el primer gobierno de Trump, hubo diferencias, sobre todo en políticas ambientales y conflictos con la administración. Sin embargo, con el tiempo, ambos encontraron puntos en común, por ejemplo, un rechazo a la burocracia e ineficiencia del gobierno, una visión compartida de que Estados Unidos debe liderar en tecnología y exploración espacial.
Musk fue un aliado bastante influyente durante la última campaña política que llevó a Trump a la presidencia de Estados Unidos, básicamente lideró, entre otros, un trabajo titánico y sumamente efectivo en comunicación a través de medios digitales del que resultaron miles de votos en favor de Trump, acción que sin duda fue uno de tantos factores por lo que el ahora presidente decidió darle a Musk la tarea de reformar el gobierno de la misma manera en que revolucionó la industria privada.
En esta nueva etapa del gobierno norteamericano Trump creó el Departamento de Eficiencia Gubernamental con el objetivo de reducir el gasto innecesario, eliminar procesos burocráticos y hacer que el gobierno funcione con la agilidad de una empresa tecnológica, cosa que ambas figuras habían criticado siempre de otros gobiernos. Tan solo en los primeros meses ya tomó el control de 2.2 millones de empleados federales e implementado procesos que buscan reducir el gasto del gobierno.
Muy recomendado es el artículo “Así fue la primera semana de Elon Musk en Washington” publicado en el New York Times: https://www.nytimes.com/es/2025/01/30/espanol/estados-unidos/elon-musk-washington.html?searchResultPosition=1
Junto a todo este revuelo que ha causado la llegada de Musk, la narrativa ha sido que el hombre más rico del mundo no cobra un solo dólar por su trabajo dentro del gobierno, pero así, de manera inmediata, ya han centralizado en él un poder que le da acceso a altos niveles de seguridad nacional y control del gobierno, razón por la cual seguramente pronto sabremos cuál es el costo real de su trabajo.
Desde su llegada al cargo, Musk ha implementado varias estrategias como el uso de inteligencia artificial para procesar documentos y eliminar papeleo innecesario, reducción de costos con la aplicación de modelos de eficiencia similares a los de Tesla y SpaceX para optimizar gastos en infraestructura y defensa, un gobierno basado en datos implementando herramientas de análisis en tiempo real para medir el desempeño de cada agencia.
Trabajo remoto y automatización incluyendo la eliminación de oficinas innecesarias y uso de software para reducir la carga de empleados públicos en tareas repetitivas, por supuesto que estos cambios han generado apoyo, pero también resistencia dentro del gobierno. Muchos funcionarios de carrera ven a Musk como una amenaza a la forma tradicional de operar.
El liderazgo de Musk en el gobierno de Trump también se está sintiendo en la política exterior principalmente con la exploración espacial como prioridad nacional: Con SpaceX al frente, la administración Trump ha acelerado planes para la colonización lunar y la exploración de Marte para el 2028, planes que le han resultado en pronunciamientos de otros magnates de las comunicaciones como Carlos Slim de México quién en una conferencia de prensa, a manera de burla, le hizo una apuesta de un dólar a Musk a que no llegaba en esos tiempos al planeta Marte.
Como todo CEO poderoso, seguramente Elon Musk está acostumbrado a tomar decisiones sin pedir permiso, cosa que puede generar fricciones dentro del gobierno y aún más si a su lado tiene al líder que, entre otras, su principal estrategia siempre ha sido la confrontación.
Por ahora, el experimento Musk-Trump está en marcha y si funciona, podríamos estar ante una nueva forma de gobernar, donde la eficiencia y la tecnología sean el centro de la política. Si fracasa será un recordatorio de que la política y el mundo empresarial no siempre hablan el mismo idioma.
Lo que si es seguro es que, con Musk en el gobierno de Trump, podremos esperar casi cualquier cosa menos aburrimiento, así que tomen su taza de café y dispónganse a ver una interesante historia.
Nos leemos la próxima.
