Durante la sesión plenaria del pasado viernes, el presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, Eliphaleth Gómez Lozano, soltó una frase sarcástica, dirigida a la diputada panista, Mirna Flores Cantú.
“Me saludas a tu esposo”, le dijo el diputado de Morena por Valle Hermoso, a su compañera de legislatura. El incidente, que debió quedar grabado en la versión estenográfica, ocurrió en el contexto de la discusión de una iniciativa de punto de acuerdo, con la que el PAN proponía dirigir un exhorto al presidente, Andrés Manuel López Obrador, para que no promulgara la reforma que dio origen al Fondo de Pensiones para el Bienestar.
Enojados porque Morena impidió la aprobación de la propuesta, los diputados y diputadas del PAN, entre estas Flores Cantú, arremetieron contra sus pares del partido guinda, entre ellos Gómez Lozano, con gritos de “rateros, rateros, rateros”, bajo el argumento de que, en su consideración, el Fondo de Pensiones para el Bienestar se alimentará con dinero robado a los trabajadores mexicanos.
Fue ahí cuando Gómez Lozano soltó el, “me saludas a tu esposo”.
El cónyuge de la panista reynosense fue director de Patrimonio Estatal durante el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, y presuntamente es uno de las decenas de exfuncionarios públicos bajo investigación por corrupción.
Minutos después del agravio, Flores Cantú pidió la palabra para solicitar que al final de la sesión se le entregara copia de audio y video de la sesión y de la versión estenográfica.
Preparaba desde entonces una denuncia por violencia política de género, pero también una iniciativa de punto de acuerdo con la que proponía dos cosas: hacer un extrañamiento al presidente de la mesa directiva y exigirle una disculpa pública.
El pasado lunes, en la sesión ordinaria, Flores Cantú llevó su propuesta al Pleno, para detonar una enésima confrontación entre las bancadas del PAN y de Morena, donde destacó el lenguaje “florido” de los participantes y escasearon el sentido común y los argumentos sólidos.
Aquí la pregunta sería: ¿Qué necesidad de detonar ese nuevo escándalo?
En muchas ocasiones anteriores, panistas y morenistas, tuvieron pretexto justificado para insultarse y hasta protagonizar conatos de violencia en las curules, pero lo sucedido este lunes realmente fue algo innecesario, que pudo haberse evitado si el presidente de la mesa directiva asumiera con más equilibrio su responsabilidad.
Entre las diversas atribuciones y responsabilidades que le impone la ley interna del Congreso destaca una: “Al dirigir las sesiones, el presidente de la Mesa Directiva velará por el equilibrio entre las libertades de los legisladores y las diversas formas de agrupación por afiliación partidista, y la eficacia en el cumplimiento de las funciones constitucionales del Congreso. En todo momento, hará prevalecer el interés general del Congreso por encima de los intereses particulares o de grupo”.
La verdad, no parece ser algo difícil de cumplir.
Insisto: hay ocasiones en que los diputados necesitan recurrir a la aplanadora mayoritaria o incluso a los excesos para imponer o defender sus decisiones, pero en otras, como sucedió el pasado viernes y lunes, la verdad estaba de sobra la incitación a la violencia.
Alguien deberá llamar a la cordura a Gómez Lozano, porque cada vez la línea entre la prudencia y la violencia está más delgada. En cualquier momento las emociones podrían rebasar a algunos legisladores o legisladoras y el recinto terminará convertido en un ring de box.
Al tiempo, tiempo. Luego no pretexten que nadie se los dijo.
ASI ANDAN LAS COSAS.