Ayer surgió, primero la alarma y el susto y después el enojo y la frustración.
A algún chistocito se le ocurrió llamar al C-5 advirtiendo de la presencia de dos bombas en el Teatro del Centro Cultural Tamaulipas.
Se presentaba el musical Vaselina, hecho con gente de la UAT, desde directores artísticos, músicos y desde luego, el elenco 99.9 por ciento con estudiantes de la Universidad.
Se tuvo que cancelar la presentación de gala.
Pudo haber sido algún chamaco envidioso.
Pudo haber sido algún político resentido.
Pudo haber sido cualquier persona nomás por hacer la maldad.
Sin embargo, alarmó a los cientos de asistentes, porque el teatro estaría lleno en su totalidad.
Pocas veces hay este tipo de eventos culturales y sociales y se viene a empañar por un chiste de pésimo gusto.
No hubo tales bombas, solo fue el susto.
Pero se canceló la presentación en la que estarían presentes algunas autoridades, entre ellas, el ‘autor intelectual’ de este proyecto, es decir, el rector Guillermo Mendoza Cavazos.
Le empañaron el evento.
Pero se llevan entre las patas a decenas de personas.
Se llevan entre las patas un proyecto del que no veíamos en la casa de estudios desde hace tiempo.
Se llevan entre las patas los meses de ensayos.
Decenas de horas invertidas en el montaje de un musical clásico que siempre va a llamar la atención. Muchos sacrificios. Muchas horas de trabajo. Muchas horas de ensayos.
Sacrificios del elenco y de los directores invertidas. Donde dejaron fiestas, vacaciones, diversiones, dietas, planeación, escenografías, pero sobre todo de la ilusión de los artistas.
Ya es momento de que las autoridades pongan orden en esas llamaditas falsas que se han vuelto costumbre.
Que se castigue a los bromistas.
Y si quieren hacer maldad política, que la hagan en otro aspecto, no dañando a cientos de personas que estaban –insisto- con la ilusión de este musical.
EN CINCO PALABRAS.- ¿A quién chingaos quieren dañar?
PUNTO FINAL.- “La soberbia es el peor consejero”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata