María José Zorrilla
Se agota el tiempo para tramitar la credencial del INE e incluso un día antes del cierre el 22 de enero el próximo domingo 21 estarán abiertos algunos módulos en el país con la intención de facilitar acceso al mayor número de personas al padrón electoral. No tenemos excusas para no ejercer el voto el próximo dos de junio además de contar con la identificación oficial más útil y confiable del país. A principios de la semana pasada acudí al módulo de la López Mateos en Puerto Vallarta para renovar el INE de mi mamá y de paso sacar mi INE, pues a pesar de cuidar mi tarjeta celosamente, en algún lugar quedó extraviada durante el ajetreo de la navidad. Nuestras citas eran a las 11:12 la mía y la de mi mamá a las 11:24 y decidimos irnos con suficiente tiempo para no llegar tarde. Nos recibieron con mucha cortesía y a las 10:50 ingresábamos a la oficina resignadas a esperar media hora. Para nuestra sorpresa la atención fue inmediata para mi madre que se mueve en silla de ruedas y después en cuanto terminaron con su trámite me atendieron a mí. A la hora de tomar las huellas dactilares no hubo problema alguno y de ipso facto sus huellas quedaron registradas, igualmente las mías. No podía creer lo rápido y eficaz que funciona esta oficina con personal altamente calificado, amable, respetuoso y con tecnología de punta. A las 11:26 estábamos ya subiéndonos al automóvil de regreso a casa. A diferencia de esta grata experiencia, recordé la pesadilla que vivimos hace algunos meses en Banorte tratando de renovar una tarjeta de débito de mi madre a quien no le quedaban registradas sus huellas en el aparato del banco. Tardamos más de una hora y media en que se comunicaron a la Ciudad de México y autorizaran entregar a una mujer de entonces 95 años una nueva tarjeta de débito porque la suya había vencido y a pesar de contar con su INE el problema eran las huellas que no había manera de comprobar sus huellas porque el aparato del banco no las registraba. Dijeron que con la gente grande las huellas no se registran. Comentando con diversas personas sobre el problema de la captación de huellas dactilares en otros bancos resultó que personas aún sin llegar a los 70 también habían pasado por el mismo calvario. No es un hecho aislado de un solo banco, al parecer es una batalla campal donde muchas personas han padecido el calvario de las huellas en Santander, Bancomer y Banamex por mencionar algunos. Me pregunto cómo es posible que una institución como el INE tenga acceso a una mejor tecnología que la industria banquera, la industria con uno de los más altos índices de utilidad en el país y cuyas ganancias exponenciales superan por mucho a las bancas del resto del mundo. Qué acaso los banqueros no podrían contar con medios más actualizados para que se puedan captar las huellas de cualquier persona indistintamente de la edad. Si por algunos factores que desconozco no fuera posible, existen otras tecnologías como en muchas aduanas que con solo mirar a través de una cámara pueden registrar con todo detalle nuestras características faciales, oculares y reticulares. En esta época donde se habla de inclusión, creo que la banca mexicana está muy atrasada en generar las mismas condiciones de accesibilidad a los servicios bancarios para personas de la tercera edad y peor aún personas con discapacidad. Además del problema de la huella, pocas o casi ningún banco del país tiene acceso con rampas, la atención para personas con discapacidad no es inmediata como en el INE, y no siempre están de buenas los funcionarios. Después de estas comparaciones tan evidentes, me pregunto porque querrán desaparecer o modificar la estructura de una de las pocas instituciones en el país que funciona con eficiencia. El INE debería ser ejemplo claro de cómo debe operar toda oficina del sector público, privado o social. Sin duda, la huella que me ha dejado esta visita para obtener nuestras credenciales actualizadas ha sido enorme. No puedo dejar de pensar lo paradójico de la situación. La institución garante de la democracia, la que si funciona y que mejor atiende en este México nuestro la quieran desaparecer.