En lo que fue una semana con una agenda de medios bastante nutrida, en su mayoría por las festividades del 214 Aniversario de la Independencia de México, hubo en Tamaulipas un hecho que se llevó la mirada de muchos medios locales y nacionales durante las celebraciones del Grito de Independencia.
Resulta que el recién electo diputado local por el distrito 03 de Nuevo Laredo, Tamaulipas, en su calidad de líder del Club Rotario de ese municipio, SERGIO OJEDA CASTILLO, (a quien tengo el gusto de conocer como una excelente persona y como un político muy trabajador) celebraba una tradicional noche mexicana, pero llegado el momento de tomar la bandera y dar el famoso grito le invadió una especie de pánico escénico cuando intentó corear a los héroes de nuestra Independencia.
En una de las menciones, cuando debía referirse a Doña Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora, por alguna razón dijo: “Viva Josefa Ortiz de Pinedo”, lo que quedó para los bloopers, memes, videos, menciones y demás burlas de esta semana para el político, y es que la nota corrió de inmediato en la mayoría de los medios nacionales y, por supuesto, por todas las redes sociales.
Y es que si un político comete un error cuando intenta referirse a una figura histórica importante, las repercusiones son inmediatas y severas.
Dicho suceso debe hacer reflexionar a los políticos en el sentido de que cada palabra en un discurso debe ser planeada, estructurada y seleccionada con mucho cuidado, especialmente cuando se hace referencia a símbolos nacionales, figuras históricas o momentos clave de la historia del país.
Sabemos que los héroes de la historia de México son figuras profundamente arraigadas en la identidad nacional y cualquier error al mencionarlos evidencia de inmediato una falta de conocimiento y también una falta de respeto.
Uno de los problemas más comunes en estos casos es la falta de preparación, porque es elemental que los políticos no solo memoricen nombres y fechas, sino que estudien y comprendan el contexto histórico y la importancia de esos personajes. La improvisación en estos casos simplemente no sirve de nada.
Aquí es bueno tomar en cuenta que todo político, sea experimentado o no, debe contar con un equipo sólido que lo prepare para cualquier tipo de aparición pública. Este equipo no solo debe enfocarse en el contenido del discurso sino también en la preparación emocional y mental del orador.
¿Qué sucede si algo sale mal? ¿Cómo responder de manera rápida y efectiva ante un error?
El diputado SERGIO OJEDA CASTILLO se equivocó y le costó burlas, sin embargo supo manejar bien su crisis, pues para el martes 17 de septiembre, después de la resaca emocional que seguramente debió haber tenido, apreció en sus redes sociales con un mensaje en el que aceptaba su error, ofrecía disculpas, pero además compartió una infografía con historia del personaje histórico objeto de la equivocada mención, doña Josefa Ortiz de Domínguez, acción que demostró que al diputado le interesa realmente conectar con el sentir de su audiencia y además reafirma el respeto hacia los valores y la historia de nuestro país.
Bien por el diputado que, sin pena, salió a decir me equivoqué y nos demostró su lado humano, cosa que muy pocos políticos tienen la capacidad de hacer.
En política se cometen errores, pero la diferencia se marca en cómo se enfrentan y aprende de ellos.
Nos leemos la próxima.