noviembre 21, 2024
Publicidad
Rogelio Rodríguez Mendoza

¿Quién se atrevió a tanto?

julio 3, 2023 | 446 vistas

Cualquiera que haya sido la razón que lo originó, el ataque a balazos al secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas González, provocó inevitablemente intranquilidad y especulación hacia dentro y fuera del gobierno estatal.

La información oficial dice que, aproximadamente a las 04:30 horas de este lunes, el también alcalde con licencia de Río Bravo, circulaba sobre la carretera Reynosa-San Fernando, cuando fue atacado, junto con sus escoltas, “por civiles armados”.

El funcionario y sus guardaespaldas resultaron ilesos.

El atentado tomó de sorpresa a toda la estructura gubernamental. Cuando ya la información era tendencia en redes sociales, oficialmente se aseguraba que era un hecho falso, hasta que finalmente la Vocería de seguridad pública admitió con un Tuit el ataque.

¿Qué sucedió? ¿Quiénes se atrevieron a agredir al segundo hombre en importancia en el gobierno del estado, apenas después del gobernador? ¿Cuál fue la razón del atentado?

Las respuestas a esas y otras interrogantes seguramente no las sabremos pronto, lo cual alimentará la especulación, para provecho de aquellos que insisten en utilizar el tema de la inseguridad pública como pretexto para golpetear mediáticamente a la administración estatal.

Consulté el tema con algunos de los más veteranos jefes policiales, de esos de la vieja escuela (y de los que, por cierto, ya no quedan muchos) y la coincidencia es en dos sentidos: una confusión o una simple intención de amedrentar.

Sobre la posibilidad de una confusión hay factores que podrían ser sustento de esa teoría. La zona de San Fernando y Reynosa es la más conflictiva desde hace varios meses por la presunta disputa del territorio entre dos grupos del crimen organizado.

Que un convoy de camionetas circule a altas horas de la madrugada por ese tramo carretero siempre será razón de desconfianza para los grupos delincuenciales. Eso pudo haber sucedido con la caravana que custodiaba a “El Calabazo”: que los creyeran parte de otro grupo.

Para apoyar su razonamiento, los jefes policiales exponen que, la fuerza de operación del crimen organizado es tanta que cuando hay intención de causar daño no hay forma de que alguien lo evite, y menos en una zona despoblada.

Ese mismo argumento opera también para la tesis del amedrentamiento.

“Pudo ser que solamente querían amedrentar, dejar mensaje. Por eso no fueron más allá. Si lo que querían era intimidar y dejar constancia de su poderío lo consiguieron” señala uno de los policías.

Insisto: difícilmente sabremos los motivos que originaron el ataque al secretario, pero lo que sí sabemos es que la sociedad comienza a preocuparse, a intranquilizarse, por la posibilidad de que regresemos a esos años de pesadilla ya idos.

Por cierto, este reportero es un convencido de que los episodios de violencia delincuencial que se han venido registrando en Tamaulipas, y la supuesta guerra entre los grupos criminales, tienen un alto grado de sospechosismo.

Para decirlo abiertamente, parecieran hechos inducidos con una maliciosa intención de lo que en la jerga policial se conoce como “calentar” la plaza.

Qué casualidad que, apenas y arrancó la nueva administración morenista comenzaron a incrementarse los hechos de inseguridad pública, desde narco-balaceras, enfrentamientos de grupos delincuenciales con las policías, secuestros y, por supuesto, ejecuciones.

Como quiera que sea, le insisto, la sociedad no distingue entre guerras falsas y simuladas a guerras reales. A ella lo que le preocupa es que volvamos a vivir, como Estado, otra época de terror. Crucemos los dedos para que no sea así.

ASI ANDAN LAS COSAS.

Comentarios

MÁs Columnas

Más del Autor

Peligros del poder absoluto

Por Rogelio Rodríguez Mendoza

Inutilidad notoria

Por Rogelio Rodríguez Mendoza