noviembre 21, 2024
Publicidad
María José Zorrilla

Recuerdo y Olvido

noviembre 3, 2024 | 74 vistas

María José Zorrilla

 

Seguramente ‘Coco’, la afamada película de Disney, le dio una cierta universalidad a la catrina y al Día de Muertos, una celebración que algunos antropólogos ponen en duda que los aztecas celebrasen de la forma en que hoy día se conmemora. Lo que sí es cierto es que estas fechas tienen una gran representatividad en muchas partes del mundo de maneras diversas, relacionadas con la fertilidad y la muerte. Inglaterra, Irlanda, China, Haití y evidentemente Estados Unidos con Halloween están entre los países que realizan eventos para conmemorar a los que se han ido. Y muchos otros empiezan adoptar nuestra tradición, que ya un poco manoseada y a veces fusionada con Halloween, el Día de Muertos ha logrado penetrar allende nuestras fronteras y muy particularmente a lo largo y ancho de todo el país. Anteriormente estaba centrado particularmente en el centro y sur de México. Entre las festividades y los recuerdos sobrevienen las reflexiones. Pareciera que entre más grandes son los festejos del Día de Muertos, tenemos menos respeto por la vida. Somalia, Ukrania, Líbano, Israel, Irán, Gaza, Rusia, Corea del Norte y nuestro propio país, son puntos de inflexión para cuestionarnos cómo es que nos hemos ido convirtiendo en seres más agresivos, más violentos o más estúpidos como los Tik-Tokers que llegan al extremo de exponer su integridad física por minutos de fama. Sea por interés comercial, económico o transcultural, estamos en la frontera de aceptar que la vida no vale nada, como dijera José Alfredo Jiménez.

Una de las propuestas de tapetes monumentales en esta reciente celebración en México tenía como tema una enorme mariposa monarca a la que se asocia con las almas que regresan a convivir con los vivos. Triste ver que entre más representaciones de mariposas monarcas se hacen de manera conceptual en ropas, disfraces, decoraciones y temas de ferias mundiales, hay cada vez menos mariposas monarcas reales. Los científicos de la World Wildlife Fund, (WWF) creen que las variaciones climáticas en las zonas de reproducción de la mariposa monarca en Canadá y Estados Unidos han causado altas temperaturas y sequías, reduciendo la abundancia de algodoncillo, la única planta en la que estas mariposas ponen sus huevos. Además de los cambios en el uso del suelo, en combinación con el uso generalizado de herbicidas, se ha mermado la presencia del algodoncillo como de otras plantas de néctar esenciales para alimentar a las mariposas monarca adultas. Ni hablar de la tala inmoderada en los Bosques de Oyamel en Michoacán y Estado de México a pesar de ser considerados Reserva de la Biósfera.

Mi hermana de Monterrey recuerda que a mediados de octubre, alrededor del natalicio de su hija, siempre pasaban las mariposas monarcas por su casa. Desde hace un par de años ya no pasan. Le preguntó a un biólogo y le dijo que por la contaminación cambiaron un poco la ruta y le sacan la vuelta al smog. Al momento de escribir esta columna faltaban menos de 36 horas de la elección que tiene en suspenso al mundo entero. Será Azul o roja la victoria. Lo temible es que Trump no es partidario ni cree en el cambio climático. Tampoco de una tregua de paz para Medio Oriente, tampoco en tomar medidas para regular el uso de armas en Estados Unidos donde cada vez hay más ataques masivos y para México podría resultar catastrófica su elección. El problema de la migración se haría aún más grave y el Tratado de Libre Comercio estaría en un mayor suspenso, entre muchos otros inconvenientes. Por allí leía que el Día de Muertos es una celebración a la memoria que privilegia el recuerdo sobre el olvido. Hay cosas incuestionables para no olvidar, como a nuestros queridos muertos, pero hay otras que se pueden evitar y no quisiéramos tenerlas presentes. Muchas no dependen de nosotros, pero otras sí. Ojalá que en estas fechas del Día de Muertos el próximo año no estemos haciendo tapetes y altares al Poder Judicial, al T-MEC, a la mariposa monarca, a la paz y a la democracia.

Comentarios

MÁs Columnas

Más del Autor