noviembre 21, 2024
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Melitón Guevara Castillo

Redes sociales, ¿benditas o malditas?

abril 4, 2024 | 277 vistas

Tengo buen rato sin estar en contacto con la literatura académica pero bien recuerdo que Humberto Eco criticó el contexto masivo de las redes sociales, afirmando que les daban espacio a legiones de idiotas, haciendo notar que herramientas como Twitter (hoy X) y Facebook permiten que la opinión de los “necios” tenga la misma relevancia que “la de un premio Nobel”. Creo que todos hemos sido testigos de cómo las redes sociales se han convertido en trasportadoras de un cumulo de información.

En la teoría de la democracia nos indican que el ciudadano para votar tiene que estar informado. Y en la teoría de la información nos indican que esta, siempre debe revestir ciertas características: ser verídica, ser suficiente y ser pertinente, entre otras; es decir, que no sea falsa, que no sea una información a medias y que sea útil. Hoy por hoy, no nos podemos quejar, tenemos información más que suficiente, la cuestión es que no toda sirve, precisamente porque es falsa, es a medias. Es tanta, pero tanta, que no tenemos tiempo de discriminar.

 

BENDITAS REDES SOCIALES

Quien sabe cómo usar la información es el presidente Manuel López Obrador. Y sobre todo las redes sociales, por eso, en más de una ocasión sentencio que son “benditas”; y es que, a través de ellas, es como se ventilan muchos hechos y acciones, sobre todo aquellas que hacen daño a sus opositores, a los dueños del poder y conservadores. Y es que, quiérase o no, las redes sociales están convertidas en un instrumento para hacer política y ejercer el poder. El hijo de Xóchitl, quizá pensó que no había evidencias de un comportamiento no correcto, incluso creo que ya ni se acordaba.

Se ha dicho que un Twitter (hoy X) era capaz de destruir una imagen construida en años de trabajo. Efectivamente, en más de una ocasión, también el Presidente se ha molestado con lo que sucede en las redes sociales, como el hashtag “narcopresidente” cuyo efecto viral fue intenso. En casos como estos, las redes sociales se convierten en “malditas” y no queda más que aguantar, tal y como lo hizo el hijo de la candidata y presentar disculpas. Pero de que son una herramienta para atacar, nadie lo discute.

 

COMPARTIR MENTIRAS

La expresión de Umberto Eco fue: “Las redes sociales le dan derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas” (diario italiano La Stampa, junio de 2015). Creo que, sin embargo, es preciso hacer una anotación: el ciudadano común, hombre o mujer, por lo regular comparte mensajes, textos, videos, y muchas veces ni los revisa, pero lo hace porque cree, sí, cree que así apuntala una convicción, sobre todo política.

Hay otros núcleos dentro de las redes sociales: los reporteros y periodistas que, por su profesión, opinan y comparten información periodística. Y hay otros que, quizá sean o no periodistas, que crean contenido para las redes sociales y es falso; incluso, se encuentra que la información proviene de cuentas o perfiles falsos o anónimos, que se escudan en un apodo o en un nombre no real. Es la información que se difunde, se comparte, para dañar, para descalificar a unos y otros, sobre todo a los políticos, para desorientar a la opinión pública. Quienes comparten una información, en más de una ocasión apuntan: circula en redes sociales.

 

GRUPOS DE REDES SOCIALES

Difícil pensar que hay alguien que no use las redes sociales. Quiero hacer notar que, en lo personal, por mi actividad periodística, soy miembro de un gran número de grupos de WhatsApp; muchos son creados por periodistas, otros por políticos o sus jefes de prensa, a ellos debo agregar los que nacen de la integración de familiares, amigos, de las distintas generaciones de estudiante, no me he dado a la tarea de contarlos. Les confieso que, diariamente, tengo que hacer una discriminación, puesto que en los mismos se comparte infinidad de información.

Ahí es donde observamos conductas diversas. Por ejemplo, en los grupos que no tienen injerencia con el medio periodístico, comparten información que más de las veces no confirman su autenticidad y, con cierta frecuencia, se da el caso de reclamos e incluso hay quienes hasta abandonan el grupo o, de plano, eliminan a unos y otros por su tendencia a compartir información que a otros no les gusta.

En el caso de los grupos creados por periodistas, por políticos o jefes de prensa, hay una diferenciación: en unos, solo los administradores pueden compartir información, se entiende es institucional o publicitaria; en los otros, se comparten columnas políticas, información de redes sociales sobre políticos y servidores públicos, sobre candidatos. Y es común la anotación: circula en redes sociales o que “es falso” … Por cierto, quien difundió el video del hijo de Xóchitl ya anuncio que tiene más material, que se lo enviaron de manera anónima: ¿guerra sucia o fuego amigo?

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