Felipe Martínez Chávez
El carro que trae es demasiado alto, gastos que significan una campaña millonaria. Hay dinero a puños para tratar de comprar voluntades.
Las dádivas son diarias, en despensas, rifa de aparatos eléctricos y hasta aportaciones económicas, pasando por lo ordinario que serían renta de toldos y sillas, equipo de sonido, pago de “ingenieros” electorales, promotores, gasolina y acarreados ¿de dónde sale tanto dinero?
Oficialmente el tope de gastos de campaña en Victoria es de 15 melones de pesos. En la práctica los conocedores calculan que en los primeros 20 días se deshicieron de 80 millones, sin contar lo que viene, cierres con selectos grupos musicales, “operadores” del 2 de junio, almuerzos y lana para transporte.
Los representantes de casilla no quieren “chambear” por menos de cinco mil varos… Y la comida.
Sin embargo, al INE han reportado gastos por 370 mil lanas, entre el 15 de abril y 10 de mayo. Una vil mentira.
La fuente menciona que el financiador es el mismo de las otras dos campañas, conocido como El Rey del Moche, victorense residenciado en San Luis Potosí donde vive como sultán operando sus empresas, haciendo negocios al amparo del poder y consiguiendo chambas para su familia.
Sabe mucho de corrupción. Se “tituló” cuando su cuate Miguel Osorio Chong lo hizo delegado de SCT en la representación que más recursos maneja a nivel nacional. Se fue como gato en bofe, en lenguaje de la plebe.
Como viles hampones asaltaron el ayuntamiento de Victoria en 2016. Entregaron contratos de obra a su camarilla, compraron vehículos recolectores de basura prácticamente de desecho a precios inflados, se autorrentaron camiones de volteo.
Perdieron la reelección frente a los delincuentes más perversos y agresivos, los cabecistas. Por eso se fueron un tiempo, pero ya están aquí con su talega de lana para tratar de comprar votos. Quieren revertir las tendencias que no les son favorables, lo que, muy a su estilo, creen que solo se puede hacer con dinero contante y sonante, en efectivo.
El candidato dejó de hacer viajes constantes a la frontera, cruzar a Estados Unidos para recibir lana e instrucciones. Ya no quiere al “gringo” de socio, le saldrá más caro. Al perder pedirá el regreso de su dinero.
Sus amigos constructores locales, que se sirvieron entre 2016-2018-recuperándose del “ayuno” cabecista-, no le quieren meter dinero bueno al malo. Por las cuentas que tienen, saben de la alta posibilidad de su cómplice de morder tierra.
Se queda con su antiguo socio avecindado en tierras potosinas. También es inflexible, impone condiciones, pero es menos violento y autoritario. Al menos no cachetea a nadie, como el tejano. Es negociador.
En 2016 y 2018 lo conformó incluyendo a su retoñita como candidata en el primer lugar de la planilla de regidores.
Al perder las elecciones en 2018 frente al catarrín Xico González, solo ella ganó. Fue regidora cinco años. Casi nunca fue a sesiones -por andar de paseo por las Europas, con dinero oficial-, pero bien que cobró. Ya vivía en tierras potosinas.
Terminó de regidora en septiembre del 2021. Tres meses después recibía el nombramiento de Directora General del Instituto Tecnológico Superior de San Luis Potosí, Capital, pese a que tiene título de una universidad “patito” de ciudad Victoria, expedido en 2019, en una carrera que “cursó” en año y medio.
Ahí sigue, protegida por él, pese a las protestas estudiantiles por destituirla por su “mala administración”.
A su “yerno de oro”, Edgar Alejandro Anaya Escobedo, lo hizo diputado local de representación proporcional, igual faltista a las sesiones. Todos felices y contentos en territorio vecino, pero extrañando el paraíso cuerudo del que gozaron por dos años.
Quieren volver a la capital, a hacer negocios, no a vivir. En los últimos días arreció el biyuyo, como si presintieran la derrota que parece inevitable.
Para el operador financiero es lo de menos, quitar un pelo al gato no es nada. Si la consanguínea termina como directora en 2025 y el yerno diputado el 14 de septiembre del presente, habrá más oportunidades. Las relaciones con el Gobernador de allá son excelentes.
Lo crucial es que el candidato en la cotorrona urbe se juega su futuro político. Con su patrón en decadencia, borrado como candidato a diputado federal por ser prófugo de la Ley, no le queda alternativa a partir de septiembre.
Culmina como diputado y el destino es la fría banca, a disfrutar de los millones acumulados en los últimos años como político.
Si no puede salir a la calle por la fama de traidor, es lo de menos. Para eso tiene piel muy gruesa.
Las crónicas de corrupción del gobierno de dos años son otras. El ex Tesorero Gerardo Robles Riestra que se defienda con sus propias uñas.
Si la Auditoría Superior de la Federación le “aprieta” deberá comenzar el “vómito negro” (regresar la lana robada) o decir como dijo Pedro Hernández Carrizales, ex secretario de Sedesol del sombrerudo Cavazos Lerma, cuando lo trajeron de Mérida y refundieron en el penal de Tamatán: “Yo no me mandaba solo”.
Las elecciones son en 20 días. En la víspera llegarán “mapaches” potosinos empleados del Rey del Moche.