mayo 23, 2025
Publicidad
Melitón Guevara Castillo

Relaciones peligrosas

mayo 23, 2025 | 3 vistas

Cuando realicé una investigación sobre la formación de la opinión pública me topé con una novela: “Las Relaciones Peligrosas”, escrito por Pierre Choderlos de Lacios. Es una novela epistolar y, a través de las cartas, se puede observar los valores y antivalores de una sociedad; los dos personajes principales desarrollan, hagan de cuenta, una competencia de manipulación, de amoríos, de venganzas… y la explicación de relaciones peligrosas es por eso: porque unos y otros tienen una imagen ante la sociedad: hagan de cuenta, aquello de, dime con quién andas y te diré quién eres.

Cada uno de nosotros desarrollamos un conjunto de relaciones: familiares, laborales, amorosas, de amistad, políticas, de negocios y en esos procesos se da forma a que, entre nosotros, van apareciendo explicaciones de conductas: unos pueden ser agresivos, otros tranquilos; unos ambiciosos, otros soberbios o vanidosos; unos responsables, otros irresponsables. Hay entre estas relaciones, unas que adquieren otra connotación: de corrupción, de compadrazgo, de complicidades en acciones que violan la norma legal.

RELACIONES DE COMPLICIDAD

Quienes trabajan en gobierno desarrollan diferentes tipos de relaciones. Unas internas, que son relaciones laborales: relaciones de autoridad, con los jefes superiores; de cooperación con sus compañeros de trabajo. Hacia el exterior, esencialmente los jefes, los que tienen poder de firma, desarrollan relaciones con usuarios de los servicios que se prestan, unas con gente del pueblo, otras con proveedores de productos y servicios: con estos últimos, de siempre, se han manejado las relaciones de complicidad o de contubernio: son para robar al erario, para traficar influencias, para conceder contratos.

La corrupción gubernamental se ha documentado, por eso, nació la auditoría, la función pública, la rendición de cuentas, la transparencia y el acceso a la información. Y el mejor ejemplo de complicidades, o de relaciones peligrosas, es el proceso de compras de medicinas. En ese proceso, recuérdese, se da el desabasto de medicinas, se han cancelado operaciones de compra por vicios en los procesos… Y si vamos mas allá, recuérdese, el caso del delegado del IMSS en la entidad: los enterados apuntan a que todo fue por el negocio de las medicinas, que hay mucho dinero bailando… pero, por otra parte, no olviden que la 4T afirma que no roban, no engañan ni traicionan al pueblo.

CAMARILLAS DEL PODER

El reclutamiento político en un país, digamos subdesarrollado con una democracia incipiente, tiene como base la familia y los amigos. Le achacan a AMLO que él prefería disponer en un cargo a un amigo, a un experto o especialista que no lo fuera. Por eso, entiéndase, un ingeniero agrónomo fue el director general de Pemex. La historia política del poder en México registra que fue en el gobierno de Miguel Alemán Valdés cuando se observa cómo, un grupo de amigos, se reparte en los puestos de poder y en los cuales era fácil hacer negocios, enriquecerse. Y en la época priista, cada sexenio, había nuevos ricos.

Un análisis de la integración del gabinete de AMLO, sin menoscabo de los que llegaron como arribistas, fue descubierto por Elena Chávez en su libro “El rey del cash”. Quizá sea muy temprano para que eso reviente, pero los datos de personas muestran un camino: la pobreza franciscana fue, para muchos, un slogan: la boda de Santiago Nieto, la de César Yáñez, los trafiques y propiedades de Roció Nahle y no se diga las historias como han multiplicado sus negocios los amigos cercanos al poder, sobre todo con las obras metas de AMLO.

COMPLICIDADES PELIGROSAS

En los últimos sexenios, los que van del presente siglo, se han desarrollado y fortalecido relaciones más peligrosas: las que vinculan al poder político con la delincuencia organizada. Basta recordar como Mario Villanueva, que gobernó Quintana Roo, fue condenado por su contubernio con narcotraficantes. Se tiene que incluir al fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, fue procesado en los Estados Unidos y hasta fue testigo de cargo en contra de Genaro García Luna, que fue secretario de Seguridad Pública, que espera sentencia. Difícil, imposible, negar que en México hay contubernio de ciertos sectores del poder con el narcotráfico o la delincuencia organizada.

Hay hechos que no se pueden soslayar. Un diputado federal, por Matamoros, un día declaró que en su tierra habían negociado con los traficantes para que pasaran de largo; al paso del tiempo, el presidente municipal se convirtió en gobernador y ya cumplió condena en Estados Unidos por aceptar sobornos de la delincuencia organizada. Con todos estos antecedentes ni cómo responder airadamente a las acusaciones que hace Estados Unidos, de que hay políticos, servidores públicos (gobernantes) involucrados en relaciones sumamente peligrosas. Que le quiten la visa a un presidente municipal, luego a una gobernadora, aunque no haya explicación de los motivos, se asume que allá, de aquel lado del rio, piensan que no son honorables y actúan en consecuencia.

LOS HECHOS DELATAN

En eso de las relaciones, de que unos y otros se conocen, los hechos hablan: la vida de una persona va acompañada de una fama pública que se refuerza con los hechos en los que es protagonista. En plan chusco la vox populli afirma que hay cosas que no se pueden ocultar: lo tonto, unos dicen que pendejo, ni la riqueza… no todos pueden evidenciar que se sacaron la lotería o recibieron una herencia de la abuelita.

Comentarios

MÁs Columnas

Más del Autor

Ideas en la cabeza

Por Melitón Guevara Castillo

La corrupción nos mata

Por Melitón Guevara Castillo

ULTIMA CENA

Por Melitón Guevara Castillo