“No a la simulación; no a la impunidad y sí a la verdad, probidad y justicia”.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas, como el resto de los organismos, instituciones, dependencias claves para el desarrollo y crecimiento de Tamaulipas, viven cambios significativos con la llegada de la Cuarta Transformación que preside en el país el presidente de la República, Lic. Andrés Manuel López Obrador, y en el estado el Doctor y destacado Cardiólogo Américo Villarreal Anaya.
Hoy, la Universidad Autónoma de Tamaulipas vive momentos cruciales de cambios, transformación y la oportunidad de transitar en transparencia y lograr la calidad que requiere y necesita si desea trascender en el país.
El tiempo de cambio por el que atraviesa la UAT es de suma relevancia para Tamaulipas, la actual administración rectoral que preside Dámaso Leonardo Anaya Alvarado puede llegar a hacer historia, si toman decisiones claves que lleven a conocer la realidad de las finanzas y patrimonio y todo lo que conlleva a los manejos turbios en que incurrieron las pasadas administraciones de esta casa de estudios.
Por deber y responsabilidad republicana, Anaya Alvarado y el equipo que lo acompaña en la Rectoría deben de auditar, de manera inmediata, todo lo que constituye al patrimonio, finanzas, convenios, nominas, listado de proveedores, licitaciones, y toda acción aprobada por la asamblea universitaria y demás integrantes de las responsabilidades y atribuciones de recursos de esa institución educativa.
Es interesante analizar y reflexionar sobre el lema de toma de protesta del actual rector de la UAT, Dámaso Anaya, que a la frase cita: “Son tiempos de transformación social que exige un mayor compromiso para el fortalecimiento de una universidad más humanista”.
Del dominio público de Tamaulipas y de México es ampliamente conocido, el transitar de corrupción e impunidad y delincuencial en que han operado los grupos de poder que presidieron en el pasado los destinos de esta institución.
El Modus Operandi de los grupos que controlan esta casa de estudios es imponer rectores ligados a ellos, para controlar el presupuesto destinado a la educación, amparados bajo la autonomía universitaria y de los grupos políticos de poder que coordinan el estado.
Sus integrantes en su mayoría fueron líderes porriles convertidos en peligrosos criminales.
El pasado primero de julio del 2021, el entonces titular de la Unidad de Inteligencia Financiera del Gobierno de la República, licenciado Santiago Nieto Castillo, hizo público el desvío de recursos públicos incurrido por autoridades de la UAT, una especie de estafa maestra, presuntos delitos cometidos con el equipo de futbol Correcaminos, así como la compra de un avión, ello a través de 12 empresas que de manera irregular e ilícita facturaban y que operaron durante el sexenio de Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
De acuerdo al informe de la investigación, en solo dos años se desviaron 442 millones de pesos provenientes de recursos estatales y federales, a una red de empresas fantasmas.
El resultado de esta investigación y participes fueron turnados ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de la Fiscalía General de la República (FGR) por la probable responsabilidad en los delitos de malversación de recursos públicos y corrupción.
De acuerdo a información de Nieto Castillo, las empresas vinculadas con la UAT tenían las características de negocios fachada, es decir, que están legalmente constituidos y pueden facturar pagos, pero carecen de los recursos humanos y materiales para realizar cualquier tipo de trabajo.
En la máxima casa de estudios de Tamaulipas, que actualmente ocupa el lugar 42 del ranking de las 100 mejores universidades del país, sus entonces autoridades, de acuerdo a la investigación que continúa, realizaron transferencias financieras a esas empresas que, a su vez, dichos negocios triangularon entre ellas.
Y se presume que grandes cantidades de dinero fueron retiradas en efectivo.
Hasta el día de hoy, la investigación continúa y no ha sido esclarecido.
Y estas anomalías y denuncias aún no concluyen, pues siguen saliendo a la opinión pública supuestos malos manejos del patrimonio universitario incurrido por autoridades de esta institución.
En el mes de octubre del 2023, la diputada local morenista por el municipio de Reynosa y presidenta de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, licenciada Guillermina Magaly Deándar Robinson, subió a la máxima tribuna del estado para denunciar actos de corrupción en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) bajo el rectorado del C.P. Guillermo Mendoza Cavazos.
Su bancada acompañó a la diputada Magaly Deándar en todo momento, y con evidencias fotográficas hizo denuncia pública de un anónimo que reveló la venta, catalogada como chatarra, de una camioneta Jeep Cherokee Limited Lujo 4×2, que tenía un valor real de 713 mil pesos.
Compra-Venta realizada por el Secretario de Finanzas de la UAT, por una cantidad de 12 mil 500 pesos.
Para la legisladora morenista Magaly Deándar, ello representa apenas “inicio de corrupción” de un entramado periodo presidido por esos grupos.
El vehículo en mención fue adquirido por la Secretaría de Finanzas de la UAT el pasado 30 de diciembre de 2021.
El 22 de mayo de 2023, la unidad vehicular fue declarada inútil y el 18 de agosto fue vendida y adquirida por Idali Pacheco Huerta, esposa de Franklin Huerta, Tesorero de la UAT.
La aguerrida legisladora Magaly Deandar denunció desde coalición de servidores públicos, tráfico de influencias y cohecho a Humberto de la Garza Almazán, titular del Órgano Interno de control; Rafael Pichardo Torres, secretario de Administración; Omar Ponciano Hernández, Abogado General y Marco Tulio Treto Sotelo, director de Control Patrimonial, todos funcionarios de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
El rector Dámaso Anaya Alvarado hoy vive momentos cruciales y de transformación para la UAT, y puede hacer y dejar historia si asume el compromiso de darle seguimiento, continuidad e investigar a fondo los señalamientos de corrupción que han ventilado y denunciado a la opinión pública tanto el licenciado Santiago Nieto Castillo, así como la diputada local de Morena licenciada Guillermina Magaly Deándar Robinson.
Aún se recuerda el incidente registrado el pasado cuatro de enero del presente año, al interior de la escuela “Norberto Treviño Zapata” Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la UAT en Ciudad Victoria, en el que resultó herido el director de la misma, Flaviano Benavides González, el cual fue objetivo de ataque vinculado a la pugna de poder que paralizó por varias horas a la facultad, a partir de la disputa entre grupos de poder por el control administrativo.
De acuerdo a personal de esa institución, manifestaron a los medios que un grupo de hombres armados ingresó a la dirección, agredieron a Benavides González y tres personas más que fueron trasladadas a clínicas privadas para atención médica.
Incidente con violencia que generó caos, angustia y temor, al interior de la Facultad de Veterinaria, debido a que Benavides González realizó cambios de funcionarios administrativos sin considerar las decisiones del otro grupo que controlaba los destinos de esta Facultad.
Al grupo rebelde se le identificó como parte de una línea de funcionarios que obedecían a intereses del ex secretario de Administración de la UAT, Hugo Guerra García, primo hermano del ex gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Grupo de choque que intentó apoderarse de la Dirección de la FMVZ, sin lograr su objetivo.
Los victorenses y tamaulipecos habrán de recordar que, durante la época de los ochentas, la Facultad de Medicina Veteranía y Zootecnia de la UAT, ubicada a la salida a Ciudad Victoria, fue una de las escuelas de su clase más reconocidas a nivel nacional, que la ubicaron de excelencia académica y se comparaba con la UNAM, Instituto Politécnico Nacional y a la Universidad Veracruzana.
El porrismo imperante en la UAT redujo la calidad de la educación para esta institución y para la Universidad, que en la actualidad se ubica en el lugar 42 del ranking nacional.
Ya es momento de posesionar a la UAT en los primeros lugares nacional en educación e investigación y erradicar el porrismo imperante desde hace más de 30 años, que sólo han servido de grupos de choques y para delinquir.
La ciudadanía está al pendiente de la resolución de estas denuncias e imputaciones y señalamientos, y esperan que la máxima casa de estudios, tenga un cambio verdadero, significativo y de progreso para el bienestar de la educación y profesionalización del estudiantado para el desarrollo de Tamaulipas.
La identidad institucional de la UAT incorpora los valores de verdad, belleza y probidad… tal vez bella es… pero de verdad y de probidad no cumple…
“Una Universidad con logros es reconocida y valorada, genera bienestar y felicidad a una región… y constituye a un país.”
Y, ¿usted qué opina?
Nos vemos en la próxima.