La llegada de las redes sociales trajo consigo una revolución en la forma en que nos comunicamos y consumimos información. En un mundo donde la comunicación es instantánea, pero igualmente efímera, los políticos deberían aprovechar estas plataformas para mantener una comunicación efectiva con sus ciudadanos y difundir mensajes relevantes y constructivos. Sin embargo, nos encontramos con una lamentable realidad: la ineficiencia en su comunicación, que, lejos de informar con seriedad y responsabilidad, se empeñan en protagonizar ridículos y desatinados espectáculos en las redes sociales.
En lugar de utilizar estas herramientas poderosas para informar sobre temas de interés comunitario, algunos prefieren centrarse en publicaciones superficiales totalmente fuera de contexto que no aportan nada más que desaprobación y algunas veces hasta burla. Es comprensible que los funcionarios públicos deseen acercarse a los ciudadanos de manera más cercana e informal, pero el exceso de informalidad y falta de profesionalismo solo logra demeritar la seriedad del cargo que se les confirió, pero sobre todo desvirtuar la imagen de un gobierno.
Las redes sociales son una ventana al mundo, y cuando un político decide utilizarlas para mostrar un lado más “entretenido”, corre el riesgo de perder credibilidad y autoridad ante su ciudadanía. Si bien es cierto que todos somos humanos y tenemos derecho a divertirnos, es fundamental recordar que, como líderes de un colectivo, la función principal es representar los intereses de sus conciudadanos y tomar decisiones que impacten positivamente en la comunidad, no andar de cómicos queriendo conectar con las audiencias.
Además de la superficialidad en la comunicación, caen en el juego de protagonizar enfrentamientos innecesarios, en lugar de utilizar estos espacios para promover el diálogo constructivo y el debate de ideas, se enredan en polémicas que solo sirven para desviar la atención de los problemas reales que aquejan a sus comunidades. Conducta que solo muestra una falta de madurez y liderazgo.
Es preocupante y muy de moda que, en lugar de utilizar las redes sociales para informar sobre acciones concretas, programas sociales o proyectos de desarrollo, prefieran dedicar tiempo y recursos a generar contenidos que, aunque puedan generar cierto entretenimiento momentáneo, no contribuyen en absoluto a mejorar, por ejemplo, la calidad de vida de los ciudadanos.
La comunicación es una herramienta poderosa para construir puentes entre los gobernantes y la ciudadanía, sin embargo, cuando se empeñan en hacer ridiculeces en las redes sociales, solo logra alejar aún más a la población de la política y generan una imagen negativa y poco seria de su gestión.
Los ciudadanos debemos exigir una comunicación más responsable por parte de los políticos que nos representan, debemos demandar que utilicen estas plataformas de manera constructiva, informando sobre temas relevantes y demostrando una actitud profesional acorde con el cargo que ocupan. Solo así podremos construir una sociedad más informada, participativa y crítica, pero sobre todo que sea capaz de exigir un verdadero compromiso con el progreso de sus comunidades.
Como dice el proverbio Turco: “Cuando un payaso se muda a un palacio no se convierte en rey. El palacio se convierte en un circo”.
¡Nos leemos la próxima!
Joel Balderas
www.soyjoelbalderas.com