La dinámica mostrada por la recién estrenada 66 Legislatura local, está dejando claro que continuará en la misma práctica estéril de sus antecesoras, de querer resolver todos los problemas de la sociedad, sobre todo los delitos, a base de reformas legales.
A pesar de estar demostrado que esa ruta sólo conduce al fracaso, los nuevos diputados locales siguen insistiendo en querer solucionar los agobios de la sociedad, creando nuevos delitos o endureciendo las penas para los ya existentes.
De a “tiro” por semana, llevan a la tribuna en promedio una decena de iniciativas, que, además, casi siempre son para aumentar las penalidades a los mismos delitos, sobre todo aquellos relacionados con la violencia contra la mujer, niñas, niños y adolescentes, el feminicidio y los delitos sexuales.
El punto es que, insisten en querer resolverlo todo reformando las leyes, como si los delincuentes se fueran a asustar y con ello decidieran retirarse de la actividad criminal, lo cual es un absurdo.
Si esa fuera la alternativa para frenar los delitos, nuestro estado y el país en general serían un paraíso.
Por el contrario, la realidad nos demuestra que cada vez hay una mayor incidencia de delitos, tanto de los llamados de alto impacto como de aquellos considerados como domésticos.
Por ejemplo, la violencia contra la mujer sigue creciendo cada vez más, lo mismo que el robo y todo un catálogo de delitos que llevan años agobiando a la sociedad y a las autoridades mismas.
Lo más grave de todo es que, como lo he advertido aquí mismo, aunque la mayor parte de esas iniciativas no sirven para nada, la maquinaria legislativa debe echarse a andar para aprobarlas o desecharlas, y eso cuesta mucho dinero que debería estarse utilizando para resolver otras necesidades sociales.
El origen de todo, insisto, es que los diputados y diputadas siguen en la creencia de que entre más iniciativas presentan serán más productivos, cuando es algo totalmente fuera de la realidad.
Un diputado se puede decir productivo cuando sus iniciativas se materializan en beneficios reales y medibles en la sociedad o cuando es un eficiente gestor social. Solamente así.
Por eso, antes del inicio de la actual legislatura expresé aquí mis buenos deseos de que los legisladores y legisladoras que iniciarían sus funciones el uno de octubre, llegaran con una idea más clara de la trascendente labor que tienen encomendada, y que por lo tanto estuvieran convencidos de que en el trabajo parlamentario menos es más.
Pero no, en apenas un mes y medio en el cargo ya demostraron que seguirán en la misma ruta del fracaso que han seguido sus antecesores. Seguirán privilegiando la cantidad y no la calidad. Lo cual, es verdaderamente lamentable.
EL RESTO
INEPTITUD EVIDENTE.- Cada día que se mantiene prófugo el agresor de la estudiante de enfermería, Melanie Barragán, en Ciudad Madero, se agranda la ineptitud de la Fiscalía General de Justicia, que encabeza el michoacano, Irving Barrios Mojica.
Y es que, han transcurrido 28 días desde que Christian de Jesús atacó a su novia, y los agentes de Don Irving han sido incapaces de ubicarlo y detenerlo.
El fracaso en la investigación se vuelve más notorio, porque el prófugo es un estudiante de medicina y no un avezado o peligroso delincuente, con lo que se justificaría la falta de resultados de la instancia de procuración de justicia.
La incompetencia de la fiscalía solo es un reflejo del desastre en que esa dependencia está sumida desde hace varios años, con un rezago terrible de asuntos sin resolver.
MEGAOPERATIVO.- Desde las instancias federales se estaría “cocinando” en Tamaulipas la réplica del “Operativo Enjambre”, implementado recientemente en el Estado de México, que provocó la captura de una alcaldesa y una docena de mandos policiales coludidos con el crimen organizado.
Nos dicen que por ese hecho hay algunos alcaldes que andan muy intranquilos.
ASÍ ANDAN LAS COSAS.