No vamos aquí a abrir “en canal” a ningún partido luego de los hechos de San Pedro, Nuevo León, porque los partidos, ya no son, si acaso alcanza para decir que, corporativos y acaso cárteles son. ¡Aleluya!
Pero ciertamente, en proverbios 30-8-9 y 10 se lee: «Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que, siendo pobre, hurte».
“Y blasfeme el nombre de mi Dios. No acuses al siervo ante su señor, No sea que te maldiga, y lleves el castigo”.
Lo escribo porque no hay más que dos opciones, aceptar el castigo de Dios, cancelar el proselitismo en aras del respeto, para encontrar una pizca de gloria, o bien, seguir de frente en la medra, en la madre y la mezquindad. Porque cuando se rentan, cuando se tiene correa, no hay más que aguantar el destino y la hoguera.
Sé que los nuevos Girolamo Savonarola, les aplauden, pero que le vamos a hacer, no obstante que al final del día, lo pírrico se convierte en cenizas, como bien decía aplicable a tantos en el mundo y naciones, San Agustín: “La soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano”.
Ahí estarán los deudos y el dato duro, tras el evento de Movimiento Ciudadano. 9 la cifra de muertos y 70 los hospitalizados y, a la velocidad de la luz, las cortinas de humo, las justificaciones, pero jamás una rodilla al piso para pedir perdón por los pecados y que Samuel y Máynez recen.
«Yo confieso, ante Dios Todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso, ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. Amén».
Pero, ¿qué le vamos a hacer? Así es el demonio, y las frases no llenan las tumbas ajenas, pero sí, las propias que la política les tenga reservadas. ¿Cuándo? En un año, dos, 5, varios sexenios, no lo sé.
Pero el Dios, siempre estará en la esquina de cualquier día y si acaso la vida les alcanza, habría dicho impecable, don Margarito, cuando yacía enfermo de cáncer. “Se van a morir de viejos” y no le van a colocar el Tesla, ni los tenis fosfo en la tumba y sí, acaso, habrá suficiente feria para un mausoleo más grande que el Halicarnaso.
Ya habrá llanto, el de los suyos, de sus socios y cómplices. Pero nada les volverá a la vida política o carnal, porque el sueño de los justos no respeta, porque no son, ni Cristo, Ni Lázaro.
Y en la parafernalia, las investigaciones, las culpas, las justificaciones presidenciales, los 800 mil, los 200 mil y qué importa, si nada interesa, porque en el mismo lodo todos estamos -incluido-, todos manoseaos.
LO MEJOR DE CADA CASA…
Ya es viernes y este fin de semana será de cierres de colores, destinos y millones. De emplazamiento final en el territorio de la operación política electoral.
Del cuarto piso.- Como solamente vamos a donde nos invitan, cumplimos y fuimos a sudar la gota gorda con Ale Cárdenas. Me la puso fácil, porque fue en la zona donde voto.
Fueron tres horas de sol a 48 grados de sensación térmica, en los que es ya, la postrimería de este proceso que, en el caso de la Capital, las vencidas mayores son por naturaleza, entre Óscar Almaraz versus Morena.
En el caso de Ale, va por el distrito 14 contra Blanca Anzaldúa, en lo que podría ser, un encuentro de juventud contra experiencia. De lo que vimos, fue una campaña austera, pero no menos efectiva, así que cierren las puertas, que los organizadores nos comentan que son muchos miles de kilómetros caminados con el sol de frente.
Así, el espacio de quien es, la heredera de la potente marca política Cárdenas, cuyo origen data de los setentas con el matamorense -solo por recordar-, Don Enrique Cárdenas González, quien fue uno de los entrañables ex gobernadores de Tamaulipas.
Nostra Política.- “La civilización no dura porque a los hombres solo les interesan los resultados de la misma: los anestésicos, los automóviles, la radio”.
«Pero nada, de lo que da la civilización, es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Solo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde»: José Ortega y Gasset.
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