enero 14, 2025
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Mauricio Zapata

Santa Viki

enero 14, 2025 | 36 vistas

Mauricio Zapata

 

Se trata de un fraccionamiento privado. Ya ven que ahora ese tipo de lugares llevan nombre de Santos.

Hay varias casas y un comité que se encarga de vigilar que todo se lleve con bien en ese lugar.

Ese jefe de comité vive en la casa más grande: la número 15.

Muy cerca está la casa 17, cuyo dueño no se lleva con el resto de los vecinos.

Cada vez que hacen algún evento en el fraccionamiento, no lo llaman ni lo invitan. Es, digamos, el apestado del lugar.

Un día hicieron una fiesta.

El de la casa 17 solo escuchaba el bullicio de la reunión. Se asomaba por la ventana porque no podía ni acercarse.

Su perro ladraba mucho, sobre todo cuando ponían la música fuerte, pero nadie lo pelaba. Ni el dueño.

Una vecina tomó el karaoke y con su desafinada voz comenzó a cantar. Todos le festejaron.

El de la casa 17 nomás escuchaba. Apenas se asomaba por la ventana para que, a través de las cortinas, viera lo bien que se la pasaban en la tertulia… sin él.

Hasta su casa llegaba el olor a humo del carbón y después a la carne asada que preparaban.

Alguien más puso otro tipo de música. Todos bailaron.

El del 17 traía tantas ganas de ir a la fiesta que hasta se puso su ropa nueva, pero alguien le dijo que le iban a hacer caras, que mejor ni se acercara. Se moría de ganas por ir. Pero no estaba invitado.

Nuevamente el karaoke y varias voces entonaban rolas de moda y una que otra de dolor.

El de la casa 17 solo veía y escuchaba de lejecitos.

El jefe del residencial dijo unas palabras y abrió botellas de vino para todos que él les había regalado. La comida también fue por cuenta de él.

La fiesta terminó ya tarde.

Y en lo sucesivo cada fin de semana hacían tertulias, pero al des invitado no le dirigían la palabra.

Eso sí, al otro día a él le tocaba limpiar y recoger toda la basura.

Y sí. Un día hicieron una fiesta en la casa 17, pero al dueño le pidieron que se saliera. Ni a su casa lo dejaron entrar.

EN CINCO PALABRAS.- Esa es su triste realidad.

PUNTO FINAL.- “A cada tamal le llega su Navidad”: Cirilo Stofenmacher.

X: @Mauri_Zapata

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