Rogelio Rodríguez Mendoza.-
La hora se llegó, y a los gobiernos, sobre todo al federal, está a punto
de explotarle en las manos la “bomba” en que está convertida la disputa por
el agua de la presa “El Cuchillo”, entre los agricultores del distrito de riego
026, en el norte de Tamaulipas, y el gobierno de Nuevo León.
Aquí fuimos insistentes acerca de la crisis que se avecinaba por la
apatía mostrada por instancias como la Comisión Nacional del Agua,
(Conagua), para buscar alternativas de solución que evitaran el
escalamiento del conflicto.
Sin embargo, como ha sido característico del gobierno federal, la
dependencia minimizó el problema. Por un lado, desoyó las demandas de
los casi cuatro mil productores tamaulipecos, y por el otro, fue bastante
tolerante y condescendiente con el gobernador de Nuevo León, Samuel
García, que ayer, envalentonado, refrendó su postura de que, “no entregará
el agua que le corresponde a Tamaulipas”.
Lógicamente que la decisión arbitraria y prepotente del mandatario
neolonés acrecentó el enojo de los campesinos, quienes ya preparan
acciones de protesta para defender su derecho al agua.
De acuerdo a las reglas del convenio firmado desde 1996, y en base
al almacenamiento que tienen las presas, “El Cuchillo”, en Nuevo León, y la
“Marte R. Gómez”, en Tamaulipas, este uno de noviembre debe hacerse el
anuncio acerca del volumen a trasvasar.
Los cálculos son de que suman 165 millones de metros cúbicos los
que Nuevo León debe entregar a Tamaulipas. Con esa agua se garantiza el
riego de las 70 mil hectáreas que se siembran en el distrito de riego 026,
con cuya cosecha subsisten alrededor de cuatro mil familias.
El gobernador de Nuevo León argumenta que no cederá el agua a
Tamaulipas, pretextando que primero está el derecho al agua de las familias
neolonesas y luego el de los agricultores.
Tiene razón: la ley define prioridades en el uso del agua, y
efectivamente, primero debe garantizarse el uso doméstico.
El problema está en que, hay evidencias de que esa necesidad está
satisfecha con el volumen que almacena “El Cuchillo”, y otras fuentes de
abastecimiento que tiene esa entidad. Es decir, no es válido el pretexto de
García, de que el trasvase dejaría sin agua a sus gobernados.
Además, los regantes tamaulipecos tienen la sospecha de que, el
agua que Nuevo León no quiere entregar la venderá a la industria. Es
probable que se trate de una especulación, pero en todo caso sería algo
provocado por la misma autoridad.
El punto es que, la disputa está tan cerrada, con las partes decididas
a no ceder, que hay un preocupante riesgo de violencia, sobre todo porque
los productores están firmes en defender el derecho que tienen al agua
desde hace 27 años.
Bajo esas circunstancias, queda claro que la principal responsable de
cualquier hecho que rebase los límites legales será la misma Conagua,
porque sus funcionarios fueron incapaces de conciliar a las partes, con una
salida que las dejara satisfechas a ambas.
EL RESTO.
Entre los diputados de Morena sobran los “tiradores” para la alcaldía
de Reynosa.
Este lunes, Armando Zertuche Zuani y Magaly Guillermina Deandar,
confesaron abiertamente que buscarán la candidatura.
A ellos se suman también, Marco Antonio Gallegos Galván y hasta
Humberto Prieto Herrera.
Sin embargo, todo apunta a que “se quedarán con la carabina al
hombro”, porque Carlos Peña Ortiz, está decidido a reelegirse.
ASI ANDAN LAS COSAS.