mayo 19, 2025
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María José Zorrilla

¿Se podría haber evitado?

mayo 18, 2025 | 27 vistas

María José Zorrilla

Termina la semana con noticias como el Papa celebrando su primera misa en San Pedro y los austríacos celebrando por primera vez en once años el triunfo en el concurso de Eurovisión 2025 de JJ el joven contratenor austríaco filipino con la pieza Wasted Love. En el deporte Alcaraz gana el título ATP 1000 de Roma ante el tenista local Sinner, y a Biden le diagnostican una forma muy agresiva de cáncer de próstata. En México la semana termina de otra manera. Con mucha tristeza y con mucha desesperanza e indignación. Cayó como plomo pesado la noticia del choque del buque insignia Cuauhtémoc el pasado sábado por la noche. Un barco del que nos sentíamos enormemente orgullosos de pronto cae como un dios de barro ante el asombro del mundo entero por su aparatosidad. A partir de la tragedia y lo inusual del accidente las especulaciones no dejan de rondar por doquier debido al trágico desenlace que provocó el deceso de dos jóvenes cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar, una veintena de heridos y la destrucción de la nave insignia en las aguas del East River de Nueva York. La goleta construida en España en 1981, es una reproducción de una embarcación del siglo XVII para enseñar a los jóvenes a navegar como lo hacían los marinos cuando no tenían instrumentos sofisticados, ni GPS ni computadoras. Evidentemente este navío si cuenta con esos elementos, solo se utilizan en caso de emergencia, pero en esta ocasión no se sabe a ciencia cierta porque las cosas fallaron de tal manera que derivó en un impensable choque con el puente Brooklin. Ojalá se logren determinar las causas de tan aparatoso accidente que ha costado vidas, ha causado estragos entre los tripulantes del navío y ha propiciado comentarios que degradan al país y a la institución de la Armada de México. Será acaso que se conjugaron una serie de situaciones azarosas como para no poder prevenir semejante catástrofe. Hubo acaso tiempo para avisar al menos a los marinos trepados en formación de saludo a lo largo de todos los mástiles para que descendieran rápido o se dejaran caer con sus arneses antes del choque. El recorrido y la trayectoria en los videos que se han mostrado no pareciera que el barco iba a gran velocidad como para no poder dar una voz de alerta. Al menos reaccionar con premura para evitar tener víctimas fatales. Falla humana o técnica dice la gente en las redes sociales, esto no puede quedar impune. Las especulaciones no se han hecho esperar y los resultados de las investigaciones tomarán muchísimo tiempo. No obstante que las autoridades de Nueva York y hasta la BBC están haciendo investigaciones sobre este accidente, México no debiera ocultar nada de lo sucedido. Ya en sí es bastante desprestigio que ocurriese este tipo de accidente como para minimizar la tragedia. La segunda parte será investigar si hubo negligencias de varios tipos. Un mantenimiento inadecuado de motores y máquinas. Estrategias de prevención de víctimas inadecuadas ante percances inesperados y situaciones de crisis. Falta de equipo de sonido adecuado que tuviera el alcance para llegar hasta el ultimo de los cadetes en la parte más alta. Un capitán y una tripulación inexperta. Gente en mal estado dirigiendo el velero después de una alegre estadía en la Gran Manzana. Innumerables podrían ser las causas de las fallas que se conjugaron de manera fatal como aquel velero del millonario inglés que anclado en Sicilia terminó en tragedia con siete víctimas mortales y el hundimiento del navío en el fondo del Mediterráneo. Nunca es tarde para reflexionar que los accidentes ocurren cuando menos lo espera uno. La mayoría de las veces son verdaderos descuidos que pudieron evitarse y lo más trágico es cuando lo causantes son otros y las víctimas recaen sobre gente inocente. Esperemos en este caso el “que no quede impune y se deslinden responsabilidades” o “llegaremos hasta las últimas consecuencias” no sean frases huecas y trilladas y parte casi intrínseca de la burocracia mexicana a la que poco a poco nos hemos ido acostumbrando al grado que ya es parte de nuestra triste cotidianeidad. Todos necesitamos una explicación lógica y certera, el Cuauhtémoc también lo merece.  Ha dado muchas satisfacciones y no puede terminar así.

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