Claudia Vázquez Andrade.-
¿Qué sucede dentro del gobierno de la Cuarta Transformación de Tamaulipas?, porque algunos funcionarios de primer nivel andan más ocupados en defender y ganar posiciones de poder, que cumplir con la encomienda asignada.
Un ejemplo de esto es la pugna que se está dando entre el titular de una de las secretarías más importantes de Gobierno estatal, y el responsable de otra dependencia no menos valiosa, pero que goza de mucha cercanía con el Ejecutivo estatal.
Los funcionarios que miden fuerzas están “empujando” a sus “candidatos” a la Secretaría General del Sutspet.
Los “gallos” de los dos secretarios andan en franca campaña con el aval y apoyo económico de sus jefes, con el único compromiso de lograr el apoyo de la base sindicalizada.
Obviamente que primero tendrán que apartar del camino a la actual lideresa, pero no será fácil, aunque no cuenta con apoyo oficial, sí tiene a su favor toda una estructura que conoce a fondo a la burocracia.
El punto es que ambos personajes de la 4T están jugando un papel muy importante dentro del proceso de sucesión sindical, lo cual finalmente es entendible, pues la “marioneta” que logre llegar responderá a intereses de su “padrino”, salvo que les gane la partida Doña Blanca.
Claro, que la cosa tampoco será muy fácil para ninguno de los dos aspirantes apadrinados por los secretarios, porque la verdad es que no son pocos los “tiradores” a esa dirigencia sindical y por cierto; también traen padrinos de nivel.
De hecho, esas aspiraciones desenfrenadas han provocado rupturas de amistades y complicidades de muchos años, pero hay quienes aseguran que ese poder lo vale.
La pregunta sería si los funcionarios en pugna cuentan con la venia de su jefe, o van a la aventura pensando en el futuro, porque de ser así, tarde o temprano su patrón les verá la mano, y muy seguramente no irán muy lejos por la respuesta.
LA ÚLTIMA
“Tengo miedo”, nada más le faltó decir esa frase al fiscal especializado en Combate a la Corrupción, Raúl Ramírez Castañeda, al pedir a la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas lo dote de escotas, vehículo blindado y armas.
El zar anti-corrupción, que no ha logrado llamar a cuentas a uno solo de los exfuncionarios cabecistas acusados de presuntos actos corruptos, se siente en peligro por los señalamientos y críticas que dice, le han hecho los medios de comunicación.
Cuando estos han cuestionado la falta de resultados, lo cual no pone en riesgo al funcionario solo exhibe su falta de capacidad.
Ramírez Castañeda fue muy claro en su petición, quiere seis guaruras, una camioneta blindada y porte de arma permanente.
La verdad es que la petición no es entendible, ya que su trabajo no está ligado a cuestiones de seguridad o investigaciones de esa naturaleza.
El tema afecta a los que se fueron y de los cuales se dice tiene un vínculo estrecho, lo que lleva a pensar que no corre riesgo alguno.
Pero aun en el caso de que no hubiera afinidad se habla que los involucrados son políticos, no personas dedicadas a fechorías.
La petición de Ramírez Castañeda se ve más como una cortina de humo y a una presión al Fiscal General de Justicia, Irving Barrios Mujica por haber pedido su destitución.
Bien decía Sófocles: “Para quien tiene miedo, todo son ruidos”.
