Desde la llegada al poder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en México, la oposición enfrenta una serie de desafíos que han dificultado su capacidad para lograr un buen papel en las próximas elecciones de 2024, pero sobre todo adaptarse a un panorama político que cambia constantemente, un panorama para el que la oposición simplemente nunca se preparó.
Y uno de los principales problemas que enfrenta la oposición en México es su fragmentación y la falta de unidad, ya que tener diversos partidos políticos y líderes de oposición con agendas y visiones diferentes dificulta la construcción de una coalición fuerte y cohesionada, y esto ha sido aprovechado por Morena para mantener su predominio en la escena política; y hoy, aun cuando no son los tiempos, la geografía de nuestro país está siendo plagada de propaganda en favor de la marca Morena, mientras la oposición está en un letargo tremendo, como en una parálisis del sueño.
Otro factor importante es el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador y su índice de aprobación, que está más allá del 60 por ciento, guste a unos y a otros no, factor que ha sido clave para el éxito de su gobierno, además, su habilidad para conectar con las masas y transmitir un mensaje claro de cambio y transformación del país generó un sólido respaldo popular.
A la oposición le urge identificar líderes carismáticos y capaces de comunicar una visión clara y convincente que atraiga a la ciudadanía, que enganche con ellos, no solo dedicarse a destacar las debilidades de Morena, sino también presentar propuestas concretas y viables para abordar los desafíos del país.
Morena ha logrado consolidar su poder a través del control total de sus instituciones y recursos del Estado y esto ha generado desequilibrios en el contexto de una contienda política limitando las posibilidades de la oposición, sin embargo, estos obstáculos también han podido ser una oportunidad para la oposición de fortalecer su discurso en defensa de la democracia y la independencia de las instituciones, de esta forma podrán movilizar a la ciudadanía y generar apoyo en favor de la propuesta de un sistema político que pueda ser más equilibrado.
Un elemento de discurso constante del actual gobierno morenista es la corrupción y la impunidad que han sido problemas persistentes en la historia política de México, cosa que no solo ha afectado a los gobiernos de derecha sino que también ha estado presente en actual gobierno de izquierda, situación que la oposición debe abordar y trabajar para buscar reconstruir la confianza de la gente en su clase política.
Para la oposición implica promover la transparencia, la rendición de cuentas y poner un énfasis especial en la participación ciudadana activa en la toma de decisiones, de esta forma puede ofrecer una alternativa creíble y honesta que responda a las demandas y necesidades reales de los ciudadanos.
Finalmente, se debe tener en cuenta que los desafíos que enfrenta la oposición pueden también ser su propia oportunidad para fortalecer la democracia y generar cambios verdaderamente significativos que representen una visión clara y atractiva para el futuro del país, de esta forma podrán consolidarse como parte de una nueva oportunidad de alternancia política para seguir contribuyendo al equilibrio y progreso de México.
Pero… tal vez esto pueda funcionar para el 2030 porque hoy la oposición ya va tarde, corriendo detrás de Morena en una actitud totalmente reactiva; tarde se dieron cuenta que ser oposición en tiempos de Morena no es fácil.
¡Nos leemos la próxima!
Joel Balderas
www.soyjoelbalderas.com