La actriz Silvia Pinal falleció a sus 93 años. Todo un personaje, misma se mantuvo desde jovencita en el ojo de la mirada nacional del mundo del espectáculo mexicano.
En 1947, a sus 16 años debutó como extra en la obra teatral Sueño de una noche de verano de William Shakespeare. Ese mismo año, ya de 17 años contrajo matrimonio con el actor Rafael Banquells, de 30 años. Padrino de su boda fue el ya famoso Mario Moreno «Cantinflas».
Silvia contó en una ocasión: «Recuerdo que me acerque para decirle Don Mario, me gustaría que fuera mi padrino de boda, y después de quedarse un momento callado, me contestó: Claro que sí, encantado de hacerlo, pero nada más te voy a pedir una cosa, que no me hagan rezar porque yo no sé nada de eso». Cuenta Silvia que Mario le regaló un cheque de cinco mil pesos. Dinero con el que Silvia amuebló su casa.
De ese matrimonio nació una hija, la también actriz Sylvia Pasquel. Silvia Pinal y Rafael se divorciaron tras cinco años de matrimonio.
Su segundo matrimonio, en 1961, fue con el empresario Gustavo Alatriste. De esa unión nació Viridiana Alatriste, quien sería actriz y moriría trágicamente en un accidente automovilístico a sus 19 años de edad.
Su tercer matrimonio fue con el -en su momento- famoso cantante Enrique Guzmán, que era 11 años menor que ella. Tuvieron dos hijos: la cantante Alejandra Guzmán y el empresario Luis Enrique Guzmán.
Su cuarto y último matrimonio fue en 1982 con el político y gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández Gómez. Se divorciaron en 1995.
¿Alguna vez estuvo Silvia Pinal en Ciudad Victoria? Lo que a este reportero le consta es que en el año de 1992 ella se presentó con un lleno total en el Teatro Amalia G. de Castillo León. Era director del referido Amalia G. el arquitecto José Luis Pariente Fragoso. Silvia Pinal presentó una obra musical. Como espectador recuerdo que en un momento dado se anunció un receso. Pero el intermedio fue excesivamente prologado. Luego supe que la actriz, ya de 62 años, había tenido un problema de salud.
Vale decir que era aún el sexenio del gobernador ingeniero Américo Villarreal Guerra. Yo tengo la idea de que la vida en Victoria se mide por sexenios. Y en ese momento fue intensa la vida cultural y artística. Además del gobernador Américo, cuatro eran los funcionarios que le daban brillo a la vida cultural: el arquitecto José Luis Pariente, director del Amalia G.; arquitecta Revo Tamez Haces, directora de la Casa del Arte, la maestra (y hoy diputada local) Blanca Anzaldúa Nájera, directora del Instituto
Tamaulipeco de Cultura, y el inolvidable maestro Blas Uvalle González (+), director estatal de Educación y Cultura.
Al momento de presentarse La Pinal (es de admiración) en el Amalia G. el equipo de trabajo del arquitecto Pariente lo conformaban —si no me falla mi memoria- la licenciada Amelia Bertha «Beteta» Manautou Saucedo, Heriberto Ruiz Tijerina, y Lourdes Vélez Chacón. Fue gracias a la Lic. Lourdes que conseguí un autógrafo en una foto de la Diva Silvia.
De Silvia Pinal he de contarles que en alguna vez Enrique Guzmán se quejaba que ella padecía de una enfermiza afición al trabajo.
En dos ocasiones la artista se enojó muchísimo. Se molestó mucho con su hija Sylvia Pasquel debido a que le puso el nombre de Viridiana a su segunda hija, en honor a su hermana Viridiana Alatriste, trágicamente fallecida en un accidente automovilístico. Es que muchos creen que eso es negativo, de mala suerte. Lo cierto es que Silvia Pinal perdió a su segunda Veridiana, su nieta Viridiana en un trágico evento en una alberca cuando este tenía dos años de edad.
El otro enojo fue con su hija Alejandra Guzmán, al presentar la canción «Bye Mamá», que dice: «Las amigas envidiaban esa falsa risa fácil/que aparentan desde la pantalla, sin querer/las vivas como tu/Mamá».
«Y yo que siempre te esperaba/para hablarte de mis cosas/terminaba por dormir/sin que llegaras».
«Volabas cada vez más alto/casi como los cometas/Yo aquí abajo/extrañando tu presencia».
«Te esperaba y no llegabas/SI venias había gente//Y yo sola/No me pidas que me quede/Bye Mamá».
Silvia Pinal incursionó en política. Fue diputada federal y senadora de la república, por el PRI.
También llegó a ser presidenta de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), y también la Asociación de Nacional de Productores de Teatro (Protea). En razón de esto último, ella estuvo en el año 2000 metida en problemas ya que un juez mexicano dictó una orden de aprehensión en su contra por un caso vinculado al actual Fiscal general de la república, Alejandro Gertz Manero, viéndose obligada a huir de México yéndose a vivir a Miami, Florida durante casi un año.
Documenta el portal Nueva Era: «La denuncia presentada por Gertz, quien entonces se dedicaba únicamente a la actividad privada, señalaba malos manejos financieros. Se detectó un faltante de más de dos millones de pesos sólo entre 1992 y 1993».
Ya empoderado Alejandro Gertz intentó apresarla.
Y añade Nueva Era: «En febrero de 2000 primero ella llegó a Acapulco escondida en una cajuela y de ahí partió a Miami para vivir en un departamento de su hija, Alejandra Guzmán. El infierno duró 11 meses». Era presidente de México, Vicente Fox Quesada. Dejaron de perseguirla y regresó a trabajar a Televisa.
¿Emilio Azcárraga Jean abogó ante Fox por ella? Es muy probable. Silvia Pinal Hidalgo además de ser una de las estrellas de Televisa, había tenido no solamente una gran amistad con su padre Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, sino que habían sido novios cuando ambos rondaban sus 25 años de edad.
En el libro «El Tigre Emilio Azcárraga», de Claudia Fernández y Andrew Paxman se da cuenta que siendo él ya viudo –enviudó a los 22 años de edad — «tuvo una tormentosa pero significativa relación con Silvia Pinal, uno de los talentos más grandes del cine mexicano, había ganado tres Arieles en la década de los cincuentas».
Se indica que fue por 1955 que «comenzó el romance entre la rubia actriz y el apuesto y joven ejecutivo».
Algunos decían que Emilio quizá veía en Silvia un gran parecido con su fallecida ex esposa Gina Shondube, quien en razón un tumor cerebral y tras un mal logrado embarazo murió en un hospital de Nueva York.
La muerte de Gina verdaderamente afectó a Emilio, se entregó a la borrachera y a tener una tras otra, novias veinteañeras. Y en 1955, cuando ella filmaba la película Locura Pasional se hicieron novios Emilio y Silvia.
Se indica en el libro—página 64– que «es posible que Emilio viera en Silvia un eco de Gina. Algunos decían que ambas se parecían físicamente y el apodo que le puso Emilio a Silvia era el mismo que había puesto a su esposa: «Pato». Parecían hechos el uno para el otro: los dos tenían buen sentido del humor, eran muy alegres y poseían fuertes personalidades
«Cuando Emilio intentaba comportarse como macho, Silvia no se lo aguantaba. «Oye Pato, ponte unos discos, ¿no?», le habría dicho una tarde que descansaban juntos, a lo que ella reviró: «No soy tu criada, ¡ponlos tú!»
Dice Wikipedia que ella tus romances con el actor Arturo de Córdova, y el actor egipcio Omar Sharif, y claro Emilio Azcarraga.
La actriz alguna vez dijo que al hombre que más había amado fue a Gustavo Alatriste. Si bien sospechamos que fue a Emilio a quien más amó. Lamentablemente no pudo matrimoniarse con él, debido a que el papá de este, el tampiqueño Emilio Azcárraga Vidaurreta, desaprobaba la relación de su hijo Emilio con Silvia ya que ella era divorciada y tenía una hija.
Claudia Hernández y Andrew Paxman, en libro El Tigre, sostienen (página 66) que días antes que este viajará a París a casarse con Pamella de Surmont, «Silvia y Emilio lloraron juntos. Fueron amigos toda la vida». EN ESO QUEDAMOS.