mayo 7, 2025
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Mauricio Zapata

Sin brújula y bajo el agua

mayo 6, 2025 | 144 vistas

Otra vez llovió y otra vez nos inundamos. Es la misma historia de siempre: las calles convertidas en ríos, las colonias en lagunas, los autos flotando, las casas anegadas y la gente lamentándose.

Y mientras tanto, los alcaldes de Tamaulipas se encogen de hombros o se esconden tras excusas ya muy gastadas.

El gobernador Américo Villarreal Anaya no se anduvo con rodeos. Cuestionó con razón a los ediles que no han presentado su planeación de obra pública.

¿Cómo pretenden gobernar si no tienen claro qué hacer ni cómo? La lluvia, como cada año, llegó puntual. Lo que no llegó –y sigue sin llegar– es la prevención.

Hablan de gestión, de recursos federales, de voluntades y de burocracias, pero lo que en realidad hay es desidia.

La planeación brilla por su ausencia. En lugar de tener mapas de riesgo, diagnósticos hidráulicos o esquemas de desagüe, los gobiernos municipales parecen funcionar a punta de ocurrencias.

No hay proyectos de fondo, sólo parches. Y cuando se acumula el agua, se evidencia la falta de visión.

Es fácil echarle la culpa a la naturaleza, pero el problema no es que llueva, sino que no estamos preparados para ello.

Las obras de drenaje son mínimas o inexistentes, la limpieza de canales se hace a medias y los proyectos de urbanización se autorizan sin pensar en la infraestructura. Eso no es gobierno: eso es simulación.

Los alcaldes deben entender que no basta con cortar listones o tapar baches en temporada electoral. Gobernar implica prever. Y eso requiere planeación, técnica y responsabilidad.

La falta de proyectos integrales refleja una pobreza institucional que se agrava con cada temporal.

No se trata sólo de lluvias, sino de la incapacidad de enfrentar lo predecible.

Y si no hay capacidad de planear lo obvio, ¿cómo esperar que atiendan lo inesperado?

Tamaulipas no puede seguir dependiendo de la buena suerte climática. Se requiere liderazgo, pero también inteligencia y voluntad.

EN CINCO PALABRAS.- Suelen confundir popularidad con eficiencia.

PUNTO FINAL.- “No es la tormenta la que hunde al barco, sino la falta de capitán”: Cirilo Stofenmacher.

X: @Mauri_Zapata

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