Oscar Pineda
El 2024 fue un buen año en materia turística para Tamaulipas, según datos del Sistema Estatal de Afluencia Turística, el cual registró la visita de más de 14 millones de visitantes en los diferentes municipios.
De acuerdo con la misma dependencia, los visitantes dejaron una derrama superior a los 13 mil millones de pesos, lo que permite ver el potencial económico que tiene el turismo para la entidad.
Sin duda la zona metropolitana del sur fue la que más turistas recibió durante el año pasado, concretamente Miramar y la ciudad de Tampico que se han convertido en un referente.
Ante tal oportunidad Tamaulipas debe estar preparado y enfocar sus baterías en la mejora de la infraestructura turística en los municipios que ya se encuentran en el catálogo de opciones para los vacacionistas.
Se requieren inversiones que van desde la conectividad hasta la infraestructura de hotelería de más alto nivel para atraer turistas de diferentes partes del mundo.
En la zona sur los gobiernos de Madero y Tampico incluyeron en sus planes de desarrollo acciones para fortalecer la oferta turística.
En la zona centro el estado avanza en un proyecto que podría reactivar el turismo religioso al construir una virgen monumental en El Chorrito, donde las obras de ampliación de la carretera avanzan a buen ritmo.
En el altiplano el pueblo mágico de Tula sigue siendo un atractivo importante, sin embargo, aún está lejos de competir con otros pueblos mágicos del país, en los que la promoción, la seguridad y la infraestructura son esenciales.
Ciudad Victoria, aunque tiene atractivos naturales de buen nivel, el turismo no es tema para las autoridades municipales.
EL PERSONAJE
En los días por venir Estados Unidos podría endurecer las medidas migratorias en la frontera con México, lo que se traducirá en cientos de deportaciones por las diferentes puertas de México.
Por supuesto las de Tamaulipas son de las preferidas de los norteamericanos para repatriar a los paisanos, pero también a extranjeros que deberían ser enviados a sus países de origen.
La prueba está en el grupo de personas de nacionalidades distintas a la mexicana que fueron deportados por Reynosa y Matamoros.
Sin embargo, el Gobierno federal no ha fijado una postura enérgica ante esta situación, pues una cosa es prepararse para dar atención a los paisanos y otra muy diferente asumir la responsabilidad de ciudadanos de otros países.
Esto sin duda pone en predicamentos a los estados y municipios que tendrán que hacer frente al problema.
POSDATA
Y si en lugar de estar preocupados se ocuparan y encontraran soluciones al problema.