Rogelio Rodríguez Mendoza.-
HOSPITALES, EN “TERAPIA INTENSIVA”.- El secretario de salud de Tamaulipas, Vicente Joel Hernández Navarro, tendrá que darse prisa en sacar de “terapia intensiva” a los hospitales públicos de Tamaulipas, porque el enojo ciudadano por el desastre que prevalece cada vez es mayor.
La indignación social no es para menos porque hay nosocomios, como el Hospital General de Victoria, donde no existe ni lo más elemental para que los médicos hagan su trabajo.
En el caso del hospital capitalino, los pacientes tienen que comprar sus medicamentos y el laboratorio de análisis médicos no está dando servicio a los derechohabientes, quienes ante ello se ven obligados a hacerse los exámenes en laboratorios privados.
A ello hay que sumarle que el sistema de aire acondicionado no funciona, lo que convierte al inmueble en un horno, con todo lo que implica para los pacientes y el mismo personal.
El problema es que en iguales o peores condiciones andan el resto de los nosocomios públicos.
Es cierto que la crisis hospitalaria de Tamaulipas fue provocada por el abandono del gobierno del panista Francisco García Cabeza de Vaca, pero ya han transcurrido seis meses y nada más no se ven cambios.
Ojalá que Hernández Navarro entienda la urgencia de ordenar las cosas, porque, como dice el clásico, “con la salud no se juega”.
No está de más decir que en su reciente comparecencia ante los diputados, el Secretario de Salud reconoció que el desabasto de medicamentos ¡es del 50 por ciento!
DIRECTO A LA QUIEBRA.- Por cierto, hasta hace poco tiempo el Hospital Regional de Alta Especialidad (HRAE) de Ciudad Victoria era un orgullo para Tamaulipas y particularmente para los capitalinos.
De hecho, era, con mucho, el mejor hospital de Tamaulipas, incluso por encima de cualquier hospital privado.
Sin embargo, desde que fue creado el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) el HRAE ha venido perdiendo calidad en la atención brindada y con ello prestigio.
Algunos médicos a los que hemos consultado nos dicen que el problema se ha originado por las disposiciones del Insabi que obligan a dar un servicio gratuito a toda persona que no esté inscrito en el IMSS, Issste u otro sistema de seguridad social.
“No se les cobra nada: ni la consulta, ni los exámenes de laboratorio, ni los estudios médicos o cualquier intervención quirúrgica que requieran. Todo es gratis”, detallan.
Esa situación ha propiciado dos situaciones: una, que las consultas y los servicios de laboratorio estén saturadas, obligando a médicos y laboratoristas a trabajar jornadas extenuantes; y otra, que haya una grave escasez de insumos.
“No tenemos ni talonarios de recetas”, se queja uno de los médicos.
Bajo esas condiciones, advierten que el hospital va directo a la quiebra, porque la cantidad de usuarios se ha “disparado” y en contraparte el presupuesto que recibe es muy limitado.
Eso sin contar con que el enojo del personal también podría hacer crisis a través de alguna protesta pública.
LOS LÍOS DEL AUDITOR.- En complicado lío penal andan involucrados los hijos del auditor superior del Estado, Jorge Espino Ascanio, luego de la golpiza que habrían infligido a tres jóvenes el pasado dos de abril.
Luego de una discusión en una fiesta en la que coincidieron, las víctimas optaron por retirarse para evitar un conflicto mayor, pero fueron alcanzados y atacados a golpes. Una joven sufrió fractura de nariz.
Nos dicen que por esos hechos la Fiscalía General de Justicia del Estado recibió una denuncia en la Unidad de Atención Inmediata en Ciudad Victoria, en contra de los Ascanio.
Este miércoles, a las 9:00 horas, ambas partes están citadas ante un agente del Ministerio Público para intentar una conciliación. Si no llegan a un acuerdo se iniciará una carpeta de investigación.
ASI ANDAN LAS COSAS.