De un personaje victorense, apasionado por la cacería y todo lo que ello implica, un buen día escuché que “todo aquel que se diga cazador, tiene la obligación moral de creer las pláticas que el compañero le diga”.
Es que hoy que la temporada de cacería de venado en la región se encuentra en su apogeo, es importante hacer la reflexión que nuestro personaje sentenciaba.
Esta bonita actividad para aficionados, rancheros y amigos es la forma de congregarse por varios días en potreros, fincas o ranchos.
Caminar por varias horas en las veredas y brechas, tirar maíz por los caminos y esperar a que se asomen, subir a un árbol o espiadero, convencidos de que esta temporada será la buena.
Esperar el atardecer para que el encargado de encender la fogata y preparar los alimentos, brinda la oportunidad de fortalecer esos lazos de camaradería, donde quien de manera voluntaria escucha las anécdotas de cacerías pasadas del anfitrión, sean ciertas estas o no, sin duda obliga a los receptores de la plática a creer la historia contada, debido a que en un futuro estos mismos habrán de contarlas en otras reuniones.
Es importante comentar que en un esfuerzo por garantizar la caza deportiva responsable y la conservación de la fauna local, el Gobierno del Estado ha implementado una serie de medidas destinadas a promover prácticas éticas y sostenibles entre los cazadores de la región y extranjeros que nos visiten, para de esta manera recuperar la vocación cinegética de la entidad.
Es bien sabido, que las diferentes regiones de Tamaulipas son destacadas por la presencia natural del venado cola blanca y por supuesto, en ranchos cinegéticos, son, sin duda, destinos atractivos para cazadores experimentados que buscan un buen trofeo de la temporada.
En este sentido y luego de que a partir del día 10 de noviembre y hasta el mes de febrero habrá de estar activa la temporada regulada, una de las principales acciones es la expedición de licencias de caza deportiva, con el objetivo de que se realice de manera ordenada y en pleno cumplimiento de las regulaciones legales.
Todo buen cazador sabe que esta actividad, por muy apasionante que sea, no se trata de abatir a cuánto ciervo se cruce por las brechas; las regulaciones obedecen en gran medida, la edad, medida, talla, cantidad de machos en los predios, procurando siempre la conservación de la especie, la cual, insisto, es una gran fortaleza para Tamaulipas.
Quien hace cacería reglamentada cuenta con la colaboración de clubes de tiro, prestadores de servicios y las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs) que operan en el estado.
Esta colaboración busca establecer un marco de trabajo que promueva el orden y la responsabilidad ante todo, siempre en relación con la fauna endémica de la entidad.
Habrá sin duda personas opuestas a la cacería, a quienes siempre se les respetará su punto de vista, lo cierto es que practicar este tipo de cacería es fundamental para garantizar la presencia de un número equilibrado de animales, soportable para el territorio y ecosistema donde habitan.
Recordemos que la ganadería diversificada en el estado es un atractivo turístico, que genera una importante derrama económica en los lugares donde se lleva a cabo; aunque por lo ya comentado, sabemos que Tamaulipas es territorio de venados.
Hasta la próxima.