Por Mauricio Zapata.-
Entendemos que, ante la poca agua que hay, o mejor dicho, ante los niveles tan bajos en los pozos, es necesario racionar el agua.
El problema tiene ya una década y se debe a la falta de planeación en el crecimiento de la ciudad.
Lo que parecía acceder a un crecimiento citadino, terminó convirtiéndose en el pago de favores para conseguir votos.
Eso es una realidad.
Pero no hay que irnos al pasado. Es inútil.
El problema ahora es los mentados tandeos que programa el gobierno municipal de Victoria son un mal chiste.
Me parece una burla.
¿Por qué? Sencillo: No los cumplen.
A principios de año, cuando se adelantó el estiaje, anunciaron esa racionalización.
Pero simplemente no la cumplen.
Hay sectores –por ejemplo- que la agenda marca que habrá agua a ciertas horas por la mañana, pero la realidad es otra. Llega durante tres horas en la madrugada y no vuelve a haber hasta dentro de tres días.
Y sucede lo mismo en varias colonias de esta tan maltratada Capital de Tamaulipas.
Hay agua cuando las autoridades quieren. Eso es un hecho.
Y ni orando ha habido ni lluvias ni agua para la ciudadanía. Y mire que hay tanta gente creyente que todos los días se duerme pidiéndole al ser divino tener el llamado vital líquido al día siguiente para poder bañarse.
Y no. Don Chuy no les cumple: ¡no llega el agua!
Ahora que se endurecen los tandeos y se reduce el abastecimiento, no nos queda de otra: si antes llegaba tres días a la semana, ahora solo llegará un día.
¿Lavar ropa? Ya ni pensarlo. Ni hablar habrá que ir a la lavandería para gastar unos quinientos pesos. A eso añádale otros quinientos de los abusivos piperos, que ah cómo le agradecen a ese ser divino los tandeos.
En total son hasta dos mil pesos al mes en gastar para el agua, porque el recibo llega puntual, sin necesidad de tandeos; y llega como si hubiera habido servicio todos los pinches días.
Y es en todos lados. En todas los sectores de la ciudad, no solo en las colonias populares.
Es una verdadera lata vivir así, caray.
En resumen: Los tandeos son un chiste de mal gusto y peor aún, mal contado.
EN CINCO PALABRAS.- Ni la burla perdonan estos.
PUNTO FINAL.- “Creen que sí les creen”: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata