Los legisladores de Morena y sus aliados cumplieron la encomienda de su jefe máximo y le entregaron la Reforma al Poder Judicial. De nada sirvieron los aspavientos del bloque opositor por tratar de detener esta en el Senado, después de haber sido aplastados en la Cámara de Diputados por el vendaval oficialista.
Los senadores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano trataron de organizarse para formar un bloque para frenar esta reforma, pero no contaron que estaban durmiendo con el enemigo y que, de sus propias filas saldrían los protagonistas de una traición por demás cantada.
Los prianistas Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre Miguel Ángel Yunes Linares, Senador propietario y suplente, fueron los artífices de esta puñalada trampera a la oposición, que le dio el voto que necesitaban los senadores de la cuarta trasformación para la mayoría calificada.
Por su parte el senador Daniel Barreda Pavón, de Movimiento Ciudadano fue la llanta de refacción de esta aplanadora llamada Morena. Quien, argumentado un problema familiar, cerró toda comunicación con su partido y se ausentó de la sesión donde se votó la reforma.
Hay rumores de que el voto favorable de los Yunes a la reforma del presidente se debe a presiones por parte de la fiscalía de Veracruz, que contaba con varios expedientes en contra del exgobernador y sus hijos. Aunque esto solo queda en especulaciones, de confirmarse, dejaría mal parado a Morena y a su principal operador Adán Augusto López, por utilizar al Poder Judicial para generar coacción entre los legisladores.
Con esto, dando la razón a uno de los argumentos que utiliza el Presidente López Obrador contra el Poder Judicial para avalar esta reforma, pero traicionando el sentido mismo de esta que pretende mejorar la impartición de justicia en México
Lo cierto es que la traición de la familia Yunes, es un tiro de gracia para Acción Nacional y sobre todo para su dirigente Marko Cortés, quien fue el principal promotor para que Yunes Márquez fuera candidato y llegara al Senado de la República.
Voces inconformes dentro del PAN acusan a Cortés, de sentirse dueño del partido y repartir posiciones a diestra y siniestra privilegiando acuerdos y complicidades. Por lo que parece que le espera un futuro tormentoso al dirigente panista.
Por su parte el PRI también enfrenta problemas en su casa. El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) invalidó los cambios a los estatutos del tricolor que permitieron la reelección de Alejandro “Alito” Moreno en la presidencia nacional del partido, por lo que su designación queda anulada y será el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) quien resolverá la validez constitucional de los estatutos del PRI.
Al final la cadena de la oposición se rompió por los eslabones más débiles. Aquellos que podían ser “convencidos” para votar por el oficialismo. Esto es una llamada de atención para los partidos para tratar de limpiar sus filas de cuadros indeseables a pesar del costo político; solo les queda reformarse o desaparecer. Mientras tanto Morena y sus comparsas en el Congreso de la Unión seguirán avalando las reformas del “Plan C” del presidente, sin tener ningún obstáculo enfrente.
La reforma constitucional al Poder Judicial se prevé será publicada el domingo 15 de septiembre en el Diario Oficial de la Federación (DOF) luego de ser aprobada con mayoría calificada en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, así como en 18 congresos locales, entre ellos Tamaulipas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, celebró que se publique en el marco del aniversario de la independencia de México. En donde el ejecutivo dará el último grito de su sexenio, con un Poder Legislativo controlado por Morena y el Poder Judicial, su acérrimo enemigo, debilitado y en confrontación.
Hoy, al presidente López Obrador, como dice el refrán le toca tirar los cuetes; mañana, le tocará a Claudia Sheinbaum recoger los carrizos.