mayo 23, 2025
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Mauricio Zapata

Un ‘dios’ diferente

mayo 23, 2025 | 20 vistas

Para los aficionados… los verdaderos aficionados (no fanáticos ni villamelones), el futbol va más allá de una distracción o pasatiempo.

Es más que una vida. Es una especie de compañía fiel.

Es la mente mezclada con el corazón y el alma.

Hay quien dice que es más que una religión.

Escritores de la talla de Eduardo Galeano, Mario Benedetti y Juan Villoro tienen una definición especial:

Galeano: “El futbol es la única religión que no tiene ateos”.

Benedetti: “El futbol es lo más importante de las cosas sin importancia”.

Villoro: “Cuando el triunfo, la fama y la gloria ya se han ido de la cancha, nuestra pasión sigue intacta”.

Y hay una muy padre que pronunció Bill Shankly: “El futbol no es una cuestión de vida o muerte, es mucho más importante que eso”.

Hay quien señala que, en la vida se podrá cambiar de casa, de ciudad, de trabajo, de pareja, incluso de familia y hasta de hijos, pero jamás de equipo de futbol. Y quizás pueda ser cierto.

El asunto es que el futbol va más allá de la banalidad. Va más allá de la vida misma.

Pero todo tiene un inicio para cualquier aficionado.

El mío comenzó así…

Por naturaleza debí haberle ido al América, pero no fue así. El primer contacto que tuve con este apasionante deporte fue cuando tenía cuatro años (1978). Mi padre, un gran aficionado al futbol y fiel seguidor del América me llevó al Azteca a ver un juego de los entonces “cremas” contra el Atlético Español. Ganó el América 1-0, pero me enamoré del rival, me cautivó el uniforme blanco con rayas negras de aquellos toros.

Un año después me llevó a un clásico nacional, también al Azteca. Ya me empezaba a gustar el fut, aunque, en mi inocencia de niño, buscaba entre los jugadores a El Chanfle, a Valentino, y al señor Reyes. Nunca los vi.

Pero seguía recordando a aquel equipo de uniforme blanco y negro que me había conquistado, y que me sigue llamando la atención y por eso sigo, desde hace varios años, a la Juve.

Pero en la casa se hablaba mucho de los Pumas. Mi abuelo trabajaba en la Dirección de Obras y Conservación de la UNAM; era arquitecto y tenía a su cargo el mantenimiento del estadio de CU. Un tío jugaba en las reservas y otro de mis tíos era un apasionadísimo seguidor del equipo y su cuarto estaba lleno de posters de Cabinho, Cuéllar, Muñante y Hugo, entre otros.

Mi papá me seguía llevando de vez en cuando a los partidos del América, pero no me llamaba la atención ni el uniforme ni los jugadores. Fue en la temporada 80-81 cuando me llevaron a CU a un partido de Los Pumas y vi jugar a Hugo, Negrete, Olaf, al Tuca y a Paolino (son los que más recuerdo). Fue contra las Chivas con un contundente 5-3 a favor de Universidad, con goles de Hugo y Tuca; López Zarza y Negrete.

Me empezaba a llamar la atención el equipo universitario. El uniforme, la afinidad con familiares, y desde luego, la forma de jugar y la pasión que se vivía en la tribuna me ganaron. Muy diferente a aquel Atlético Español que no tenía afición.

Llegó el día del “sí”: la final de la temporada 80-81 cuando Pumas se coronó campeón. Mi abuelo me llevó al estadio. Estábamos en un palco del palomar y viví esa emoción. Recuerdo bien los goles. Los recuerdo perfectamente. También tengo muy presente cuando Hugo levantó la Copa y luego a él lo levantaron en hombros. Ahí decidí irle a los Pumas, al equipo campeón. Tenía siete años, y desde entonces soy Puma. Ese mismo año le pedí a Santa Clós el uniforme de mi equipo, y fui claro en la carta: quiero el blanco con el puma azul, como cuando fueron campeones. Y sí, me lo llevó, pero además unos pants y una gorra del equipo.

Desde ahí comencé a seguir a Universidad. Y seguimos. Mis ídolos: Hugo Sánchez, Miguel España, Jorge Campos. Jugadores que siempre me llamaron la atención: Olaf Heredia, Félix Cruz, Raúl Servín, Mauricio Peña, Abraham Nava, Tuca Ferreti, Claudio Suárez, Braulio Luna, David Oteo, Joaquín Beltrán, Leandro Augusto, Darío Verón, Efraín Juárez, entre otros.

EN CINCO PALABRAS: La pasión sí tiene colores.

PUNTO FINAL: “A veces los silencios suenan más fuertes que un grito de gol”: Cirilo Stofenmacher.

X: @Mauri_Zapata

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