Rogelio Rodríguez Mendoza
VUELVA MAÑANA.- El respeto y protección de los derechos humanos que tanto pregona el discurso oficial, no siempre es coincidente con la realidad.
Prueba de esa lamentable contradicción lo es el Centro de Rehabilitación y Educación Especial, (CREE), de Ciudad Victoria.
Como institución, los servicios que presta esa instancia a la sociedad son invaluables, sobre todo porque privilegia la atención a los más necesitados, a los que menos tienen.
El problema son las disposiciones que reglamentan su operación, que convierten la simple gestión de una constancia en todo un tortuoso proceso para el ciudadano.
Solo le citó un ejemplo: el lunes, una persona con discapacidad acudió a solicitar una constancia para acreditar su condición física.
Como si fuera un chiste de mal gusto, el personal le informó al solicitante que debería hacer dos pagos: uno de 128 pesos por concepto de consulta médica; y otro por 98 pesos, por el certificado de discapacidad.
“El problema es que tiene que venir un día a la consulta y regresar otro día por el certificado. No se pueden hacer los dos trámites el mismo día. Vuelva mañana”, advirtió la encargada del área, al asombrado e indignado ciudadano.
O sea, una persona con discapacidad debe invertir entre dos y tres días para gestionar el documento que acredite su situación.
Ojalá haya alguien que ponga orden, y oriente a los trabajadores del CREE sobre la necesidad de ser más empáticos con quienes acuden en busca de apoyo.
LUPA SOBRE EL ITAIT.- El excomisionado presidente del Itait, Humberto Rangel Vallejo, debe andar muy preocupado por la investigación que puso en marcha en su contra la Auditoría Superior del Estado (ASE).
Y es que, aunque apenas el lunes pasado el diputado de Morena, Isidro Vargas Fernández, presentó una iniciativa de punto de acuerdo para exigir a la ASE formalizar la indagatoria, se sabe que en realidad ésta fue puesta en marcha desde hace por lo menos diez días.
Nos dicen que hay elementos probatorios de sobra para llevar el asunto ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción y la Contraloría Gubernamental, porque fueron muy burdas las maniobras que se realizaron para que tres vehículos propiedad del Itait quedaran en manos de allegados a Rangel Vallejo, y se cobraran irregularmente multas a los ayuntamientos.
Pero, más allá de eso, desde las máximas instancias del poder estatal hay una indicación precisa para que el caso sea llevado hasta las últimas consecuencias y caiga quien tenga que caer.
En una de esas, y la investigación termina raspando a otras comisionadas, como la actual presidenta, Dulce Adriana Rocha Sobrevilla, quien por cierto tiene estrechos vínculos con el cabecismo.
Así es que, seguramente pronto el Itait seguirá dando de qué hablar.
RENOVACIÓN PANISTA.- A propósito del cabecismo, interesantes y atípicas las declaraciones del diputado local del PAN, Edmundo José Marón, en las que advierte de la necesidad de que su partido deje de entregar candidaturas a “dinosaurios” y privilegie a los jóvenes.
No los llamó literalmente “dinosaurios”, pero indirectamente se los dijo cuando aclaró que: «no solo se trata de agarrar gente que ya tiene demasiado en la política, hay muchos otros sectores que son nuevos y que tienen mucha energía y empuje para poder hacer las cosas de manera más fresca».
En entrevista con el reportero, Enrique Jonguitud, el empresario tampiqueño añadió que: “Necesitamos una renovación completa, regresar a los orígenes de nuestro partido, necesitamos que la juventud y los cuadros nuevos sean tomados en cuenta para poder participar en las contiendas y puestos importantes».
Desde luego que le asiste toda la razón a Mon Marón. Lo que llama la atención es que se atreva a hacer una crítica a su partido y sobre todo al cabecismo, la corriente encabezada por el exgobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, es responsable de la debacle panista de los últimos años.
Habrá que ver si de repente no le salen al todavía legislador y próximo regidor de Tampico, con que lo van a expulsar del partido.
ASI ANDAN LAS COSAS.
