septiembre 16, 2024
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Claudia Vázquez Andrade

Una marcha más…

agosto 20, 2024 | 104 vistas

Ahora sí que cada quien su verdad y su realidad, vaya, en este tema de la reforma judicial, cada bando ve el lado de la moneda que le beneficia o favorece, pero como siempre, el interés que se debería, o deberían cuidar y preponderar, que es el ciudadano, pasa a un segundo plano.

El paro de labores que inició el personal administrativo del Poder Judicial de la Federación, y al cual se sumaron en el primer minuto de este miércoles 50 ministros y jueces de esa instancia en Tamaulipas, sin lugar a dudas que es entendible por lo que les significa, no tanto a los de abajo, al operativo, sino a los jerarcas, a esos que se acusa de ponerle precio a su justicia.

Y de alguna manera eso es verdad, porque son los jueces y magistrados quienes más van a perder con la dichosa reforma, porque no solo será el puesto, sino también las jugosas pensiones que se asignaban al concluir el encargo.

De los sueldos mejor ni hablamos, esos eran estratosféricos, pues hasta ahora son los más altos del país, vaya, ni en la iniciativa privada se gana un sueldo de ese nivel.

La verdad sea dicha, los argumentos de unos y otros son válidos, pero también es cierto que los excesos tienen que acabar, y entre estos el nepotismo, y ni modo que se falte a la verdad, pues los nombres se hicieron públicos.

Es entendible que el personal administrativo del Poder Judicial Federal de Tamaulipas participe en el “movimiento” de presión, y haya marchado hasta la llamada casa del pueblo para pedir a los legisladores locales no avalar la referida reforma.

Pero ahora sí que se podría decir que saben, y bien que saben, que el poder se ejerce a plenitud, tal y como lo han ejercido sus superiores, de tal suerte, que pueden considerar con certeza, que solo hicieron ejercicio y conocieron más de cerca el famoso parque bicentenario.

Deberían tener claro, dada su experiencia laboral y conocimiento académico, que la suerte está echada, de ahí que solo sea cosa de tiempo para que haya nuevas figuras en esas dependencias.

Esperemos, no suceda como dice el dicho popular: que nos vaya a salir más caro el caldo que las albóndigas.

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