“Su tiempo se acabó, Ciudad Victoria ya despertó, y gracias a Dios ya se va”, fue la sentencia para el alcalde Eduardo “Lalo” Gattás Báez, por parte de su directora del DIF municipal, Patricia Alejandra Reyes González.
La todavía funcionaria Municipal salió a las redes sociales para denunciar al presidente municipal de Victoria, Eduardo Gattás, por una serie de presuntas irregularidades encontradas precisamente en el DIF municipal, y las cuales asegura que ya fueron denunciadas.
Tal parece que “Lalo” Gattás no termina por encontrar puntos de equilibrio en el manejo del poder, que incluye obviamente la relación con sus colaboradores, sobre todo con aquellos que no están acostumbrados por su formación ética y cívica, a participar en presuntos actos corruptos o reñidos con la ley, como al parecer es el caso.
Y la presunción de este motivo, nace porque la funcionaria asegura que a su llegada al cargo y negarse a firmar documentos sin la transparencia requerida, fue “bloqueada”, además de perder parte de su salario porque le hicieron un ajuste, a la baja claro.
Gattás Báez, es acusado por Patricia Alejandra, de mantener en nómina una serie de “compañeros”, entiéndase empleados que asegura no acuden a trabajar, e incluso ni siquiera viven en la capital tamaulipeca y cobran todos como “jefes”.
Y como dicen, que, el que acusa prueba, la mujer afirma que documentó todas las “irregularidades” que encontró, por lo tanto, pruebas, tiene.
Así que, hay una acusación más para el alcalde victorense “Lalo” Gattas, por un lado, los supuestos malos manejos que se hacen al interior del sistema DIF municipal, y por otro, el acoso y represión contra la quejosa, que la verdad sea dicha, no es cosa nueva, basta recordar el caso de la otra empleada municipal que demandó al munícipe por acoso laboral y despido, estando embarazada.
Y, por si fuera poco, a todo esto, hay que agregarle dos casos más. La primera de ellas, el regidor morenista que ventiló también en redes sociales su desacuerdo con el alcalde Gattás, a quien acusa de faltar a los preceptos de la cuarta transformación: No robar, No mentir y No traicionar. Y dos: cualquier cantidad de victorense que recio y quedito se quejan de las condiciones en que se encuentra la ciudad, con una serie de problemas graves en la prestación de los servicios primarios.
Habrá que ver, ante tanta inconformidad social, y denuncias de sus propios colaboradores, que falta por hacer, no para que corran a “Lalo” Gattás, pues finalmente fue electo por mayoría de votos, sino para que se ponga a trabajar en esta segunda oportunidad que le dieron los victorenses, o sus “patrocinadores”, entiéndase el partido.
Pero bueno, como bien dice el dicho popular, finalmente no tiene la culpa el indio…sino quien lo hace compadre.
