Por Mauricio Zapata.-
Hubo algunos sorprendidos luego de que Cabeza de Vaca decidió no participar en la siguiente etapa en busca del candidato presidencial opositor.
¿Fue una decisión prudente?
Quizás sí, tomando en cuenta que batalló para conseguir las firmas. Que no pudo convocar a gente de otras entidades.
Y es que muy complicado hacer una campaña solamente en redes sociales desde la sala de su casa allá en los Estados Unidos.
Cierto, acá tiene operadores, pero es muy complicado ir a buscar gente si el interesado no está presente.
Hay que reconocer que se baja a tiempo. Que supo tomar esta determinación tomando en cuenta que Xóchitl Gálvez sigue creciendo en las preferencias ciudadanas y que es, quizás, la única que puede darle pelea a quien resulte electo por parte de Morena.
Cabeza no quiso perder lo poquito que ha ganado a nivel nacional en una batalla que recién iniciada, ya la tiene perdida.
Fuera de Tamaulipas es poco conocido. Quizás pudo navegar con la bandera de que enfrentó al Presidente López Obrador, pero no, optó por hacerse la víctima.
Gálvez sí eligió ese estandarte, y miren cómo le ha ido, ha estado subiendo en las encuestas y ganándose, sobre todo, al sector indeciso.
Cabeza de Vaca no pudo hacer una campaña real ni cercana a la gente, al contrario, fue a larga distancia dejando el territorio como sector secundario, pero a estas alturas, debe ser primordial prioritario.
Insisto, habrá que reconocerle la decisión que tomó, sobre todo a tiempo para que el sector opositor se fortalezca ante un Morena fuerte y, sobre todo, con mucho respaldo ciudadano.
Sería prudente que los que no tienen posibilidades también se bajaran de la contienda y enriquecieran una candidatura común que le diera fuerza de cara al 2024.
Por lo pronto, Cabeza de Vaca rompe su sueño presidencial y sabiendo cómo es, venderá cara su adhesión y buscará beneficiarse con un cargo plurinominal y candidaturas para los suyos.
Porque nada es gratis. Y vaya que Cabeza sabe cobrar facturas.
Veremos qué sucede, por lo pronto, su anuncio, además de uno que otro sorprendidos, también arrojó como saldo, decenas de burlas de propios y extraños que no lo ven bien y que no avalaban sus aspiraciones.
En la política, y sobre todo las aspiraciones, son como las gelatinas: unas cuajan y otras no.
EN CINCO PALABRAS.- Los vientos ya no soplaron.
PUNTO FINAL.- El espejo suele ser un mal consejero: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata
