Es un hecho que, al Congreso del Estado le urgen asesores en materia jurídica y parlamentaria.
No es la primera vez que les echan abajo algún decreto, alguna ley o algún precepto aprobado.
Es necesario ya que trabajen en ese aspecto, a fin de que no les sigan tumbando sus dictámenes.
Pero le urgen asesores que le sepan al tema, no políticos sin chamba que no los ponen ahí para darles una beca y tengan su pensión.
Cierto, dirán que, una vez que los jueces y magistrados sean electos por el pueblo bueno, sabio y culto, podrán hacer lo que quieran con las leyes y la Constitución.
Que no habrá nadie que les diga que no ni que se atreva a contradecir alguna iniciativa por muy mal hecha que esté.
Cierto que tienen la mayoría calificada para que hagan y deshagan lo que les venga en gana.
Cierto, pues, que en un futuro con esos jueces vacunados contra la corrupción y los malos hábitos digan que sí a todo sin chistar porque ese fue el mandato de millones de mexicanos, pero…
Claro que hay un pero.
No deben hacer las cosas de manera chambona.
No pueden jugar al Monopoly o al turista mundial con la Carta Magna.
Que deben trabajar bien para evitar que algún juez distraído o que, se les haya colado del malvado neoliberalismo conservador les haga ver su mal trabajo.
Además, es necesario que esos asesores sean escuchados y que hagan a un lado esa arrogancia en la que creen que lo saben todo y que nadie más puede tener más conocimientos que los encargados de las áreas jurídicas del estado.
A los actuales miembros del Poder Judicial les quedan de once meses en el cargo, y aún les pueden echar abajo más reformas que estén hechas con las prisas y con el argumento de la soberbia.
Ese pueblo bueno, sabio y culto, merece leyes bien realizadas y pensadas con la cabeza.
No es justo que se den el lujo de hacer mal las cosas, bajo la premisa de que “aquí mando yo”. Ya no.
EN CINCO PALABRAS.- Otro zape al Congreso guinda.
PUNTO FINAL.- “Para grandes males, pésimos asesres”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata