abril 12, 2025
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Melitón Guevara Castillo

¿Van ganando los malos?

abril 8, 2025 | 45 vistas

Melitón Guevara Castillo

No es por nada, amigos lectores, pero la verdad que conocer la realidad, o algunos hechos de la realidad, me hace pensar que van ganando los malos; que es mentira eso que algunos advierten: de que somos más los buenos. Puede que tengan razón: que la acción de los buenos no se nota, la sociedad en general y en lo particular México, Tamaulipas o Victoria, con todo y las cosas buenas que nos anuncian los gobernantes, todos los días nos damos cuenta que no avanzamos: los problemas son mas grandes, las necesidades igual, pero cada día tenemos menos recursos, dinero pues, pero además no crecemos como sociedad productiva.

Las acciones de los hombres o mujeres que son ilícitas, tal parece que se intensifican. Las noticias sobre hechos violentos, de más y más asesinatos son de todos los días, igual que una casa-habitación o un negocio es asaltado aquí y por allá; que desaparecen jóvenes a lo largo y ancho del país, se presume que enganchados por el CO. Y, también por las noticias, nos enteramos de cómo servidores públicos son cómplices del CO, trafican influencias, se roban el dinero del pueblo, amén de realizar acciones sin eficacia, obras mal construidas, entre otras cosas.

EL ESTAFADOR

Hace tiempo trabajé en un juzgado penal. Recuerdo que en una plática con el director le pregunté: de todos los que están presos, ¿Quiénes son los más malos? Digamos que no tienen valores o que los mismos están tergiversados. Sin pensarlo dos veces, me respondió: los estafadores, los defraudadores. Y le digo, pero yo he levantado declaraciones a personas que cometieron crímenes, que quitaron la vida a otro u otros, o que hicieron robos, sea a bancos, a negocios o a personas. Total, hagan de cuenta que me dio una cátedra de las personalidades, en términos generales, de quienes estaban presos.

Y me explicó: los que hacen estafas, los defraudadores, son personas que visualizan una ganancia, tienen paciencia para ir armando la tramoya y esperan el momento justo para dar el golpe decisivo. Deciden, por decir, quitarte el dinero; planean la forma de hacerlo, de engañarte, son gente inteligente, paciente, ordenada. Sin embargo, creo que hay delitos que son de intensidad, que es pertinente, necesario, la participación de muchos, de ciudadanos y de servidores públicos.

RANCHO IZAGUIRRE

Si hacemos caso a la narrativa que nos han endilgado los medios de comunicación, las redes sociales y el mismo gobierno, el caso del Rancho Izaguirre en Teuchitlan, Jalisco, lo que ahí sucedió no es casual: para las buscadoras, fue un campo de exterminio, para el gobierno y la fiscalía general del país, fue un centro de reclutamiento. Uno y otro, significan lo mismo, con un grado de diferencia: el hecho, admitido por el gobierno, es que fue un centro de reclutamiento, de adiestramiento de jóvenes que, engañados por una oferta de trabajo, llegaron a un punto sin retorno.

Los testimonios indican que, quien se resistía a ser parte del engranaje del CO, lo torturaban y hasta exterminaran. La cuestión es que, difícil pensar, si pensar en su existencia sin la complicidad de autoridades e incluso gobernantes. En otros lugares, por decir, se ha documentado la colusión de alcaldes y hasta gobernadores en acciones ilícitas, en detrimento de la seguridad patrimonial y física de las personas.

EL HUACHICOL FISCAL

Un día Omar García Harfuch sentenció que, para terminar con los delitos, hay que detener a quienes los cometen. Y en las últimas semanas dos noticias han impactado: en Ensenada se decomisaron ocho millones de hidrocarburos en tanto que en Altamira (Tamaulipas) diez millones de Diesel. Ambos eventos son identificados como “huachicoleo fiscal”: los barcos transportan una mercancía distinta a la que se consigna en la documentación de la carga. Y, en ambos casos, ya la Fiscalía, el gobierno pues, tiene cartas en el asunto.

La cuestión es que, ese negocio, es tal que difícilmente lo puede hacer una o dos personas: obvio, tiene que haber una cabeza o un grupo de personas, que hagan todas las operaciones de rigor para que se cometa el ilícito: y lo que se desprende es que, para que esto suceda, tiene que haber mucha gente involucrada, gente del gobierno, de las áreas fiscales, de aduanas, entre otras. En Ensenada había un parque, que tiene dueño; los buques, tienen dueños; y los trámites burocráticos alguien tuvo que realizarlos y otros aprobarlos… Por cierto, en el caso de Altamira, días después del decomiso José Ramón Silva Arizabalo, dejó de ser el responsable de la secretaria de Energía.

TRÁFICO DE INFLUENCIAS

Con eso de las elecciones judiciales Loretta Ortiz Ahlf, que es magistrada de la SCJN y quiere repetir, ha recibido golpes bajos, acusándola de traficar influencias porque puede dar su voto a favor de un delincuente de cuello blanco. La acusación de trafico de influencias, sin embargo, nos permite enterarnos como Rafael Zaga Tawil tuvo la osadía de llevarse cinco mil millones de pesos del Infonavit, hecho por el cual tiene una orden de aprehensión por delincuencia organizada y lavado de dinero.

La cuestión es que Rafael y su abogado conociendo los recovecos de la ley tiene la intención, pese a ser un prófugo de la justicia, intenta cobrar una indemnización por daños y perjuicios a Actinver (entiendo parte de Santander) y en este proceso tiene parte activa Abel Chávez Salinas, yerno de la ministra Loretta Ortiz. En fin, la ministra acusa guerra sucia en su contra, lo real, indiscutible, es que el desvió o robo de los millones a Infonavit son reales y Octavio Romero como director de Infonavit ha puesto las denuncias correspondientes.

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