Mauricio Zapata
El paro del Poder Judicial en México ha sido objeto de controversia, no solo por su duración e impacto, sino también por las motivaciones que lo sustentan.
Si bien, en apariencia, este tipo de movimientos suelen estar fundamentados en la defensa de derechos laborales y la mejora de condiciones de trabajo, en este caso particular se ha planteado la hipótesis de que el paro responde más a una venganza que a una ideología legítima.
La noción de venganza se deriva del contexto político y las tensiones entre el Poder Judicial y el Ejecutivo.
El presidente López Obrador se pasó agrediendo al Poder y la gota que derramó el vaso fue cuando la Ministra Piña no se levantó a saludarlo y aplaudirle en un evento oficial.
Las recientes reformas impulsadas por el gobierno, que buscan reducir los altos salarios y privilegios de los jueces y magistrados, han generado un malestar profundo dentro de este poder del Estado.
Ante esta situación, el paro podría interpretarse como una respuesta directa, tanto para defender principios o derechos fundamentales, como una forma de ejercer presión sobre el gobierno para evitar, sobre todo, la elección directa de jueces y magistrados.
Esta perspectiva se refuerza cuando se considera que el paro ha sido apoyado por todos los sectores del Poder Judicial y ha contado con un consenso claro entre los trabajadores.
Además, sobra una narrativa coherente que justifica la paralización en términos de una lucha por derechos laborales, y el enfoque en la preservación de la carrera profesional en el sector.
Sin embargo, también refuerza la idea de que el movimiento está más orientado a una confrontación con el Ejecutivo que a una reivindicación legítima.
En conclusión, el paro del Poder Judicial, más que un movimiento fundamentado en una ideología clara, parece ser una reacción a las medidas del gobierno que amenazan su estatus y beneficios.
La venganza, disfrazada de defensa laboral, pone en evidencia la crisis de legitimidad y confianza entre los poderes del Estado en México.
Esto es más una confrontación que una verdadera lucha por una ideología. Lo cierto es que la reforma que impulsan, no beneficiará en nada a que la justicia sea mejor en el país.
Y se fortalece la hipótesis de que, en el actual régimen, si te duele un dedo del pie, te cortan la pierna.
EN CINCO PALABRAS.- Se hace larga la salida.
PUNTO FINAL.- “Cuando las polarización entra por la puerta, la solidaridad sale por la ventana”: Cirilo Stofenmacher.
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