Rogelio Rodríguez Mendoza
Tamaulipas se convirtió ayer en el estado 17 en avalar la minuta proyecto de reforma constitucional del Poder Judicial.
Ni los diputados de oposición, ni los trabajadores del Poder Judicial Federal, tenían la mínima posibilidad de frenar la iniciativa porque, igual que ocurre en las legislaturas federales, en el Congreso del Estado Morena y sus aliados reunían los votos suficientes para ello.
Los diputados del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano (MC) sabían perfectamente de la situación. Para lo único que les alcanzaba su lucha era para hacerle ver a la sociedad que no estaban a favor de la reforma.
Y así ocurrió. En menos de 20 minutos el Pleno legislativo avaló, en una mañanera sesión extraordinaria, la minuta respectiva. La bancada de Morena y sus aliadas del grupo parlamentario sin partido, hicieron valer su mayoría aplanadora.
Los panistas fueron avasallados. Ni oportunidad les dieron de subir a la tribuna para exponer sus argumentos. La única que lo hizo fue Nancy Ruiz. Pero otros, como Edmundo Marón y Ángel Covarrubias, se quedaron “con la carabina al hombro”.
Cuando los diputados del partido blanquiazul quisieron “reventar” la sesión, la presidenta de la mesa directiva en funciones, Úrsula Patricia Salazar Mojica, decidió acelerar el proceso y llamó a todos a votar. El resultado fue contundente: 20 a favor, diez en contra y una abstención.
Frustrados, algunos panistas como Marón y Covarrubias, recurrieron a sus redes sociales para quejarse. Fue su último recurso, que no sirvió de mucho.
Mientras en la bancada del PAN había frustración y enojo, en la de Morena todo era festejo.
“Felicidades diputados. Listo. Ya quedó (la reforma)”, dijo riendo, desde la tribuna, el morenista, Humberto Prieto Herrera, quien un día antes había anunciado que será el próximo coordinador de su grupo parlamentario de la 66 Legislatura y en consecuencia presidente de la Junta de Gobierno, a partir del uno de octubre.
Reunidos los 17 votos (mínimo) de legislaturas estatales que se requerían para dejar firme la reforma judicial, ya solo falta que se haga la declaratoria respectiva en el Congreso de la Unión y enseguida sea publicada en el Diario Oficial de la Federación para que cobre vigencia.
Y ahora si viene lo bueno. Vamos a ver en los hechos quienes tenían razón: si quienes impulsaron y avalaron la reforma, o quienes se oponían y advertían de las graves consecuencias de una reforma de esa naturaleza.
Desde aquí hacemos votos para que la reforma funcione. Ojalá que quienes apoyaron la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular, no se hayan equivocado y vayan a sumir al país en la anarquía y el caos.
Sinceramente, esperemos que se consume lo que tanto nos han dicho: que nuestro sistema de justicia se transformará. Que no habrá corrupción y que los juicios se resolverán en muy corto tiempo.
Nada me dará más gusto que admitir que estaba equivocado en mis apreciaciones, cuando, por ejemplo, insistí en que, elegir en las urnas a los juzgadores era un despropósito y una aberración.
Me alegrará saber que estaba en el error cuando insistía en que la honestidad y la eficiencia no se siembran ni se recolectan en las urnas, y que la corrupción no desaparece con una boleta electoral.
Me emocionará saber que el nuevo modelo de elección de juzgadores garantizará eficiencia, eficacia, probidad y justicia en cada proceso judicial.
En síntesis, ojalá y que la reforma funcione, porque si no, no habrá nadie que nos salve.
ASÍ ANDAN LAS COSAS.