Ma. Teresa Medina Marroquín
La percepción rumbo a las elecciones del próximo dos de junio parece ser la confusión ciudadana.
Se dice que un sector (que no tiene micrófono, pero cuya presencia es evidente) respalda al partido y a los correligionarios de Andrés Manuel López Obrador.
En teoría esta votaría por Morena y llevaría al poder a Claudia Sheinbaum, ganando el Congreso de la Unión, las nueve gubernaturas, las alcaldías y los congresos locales.
Un sector que, según sondeos de opinión hace vencedor a Morena, básicamente en la recolección de información realizada por algunas casas encuestadoras.
También se dice que otro sector apoya a al otro frente. Esto es, votará por el PRIAN y llevará al poder a Xóchitl Gálvez, acaparando gubernaturas, la mayoría de curules y escaños en el Congreso de la Unión, alcaldías y congresos locales.
Ese sería el otro escenario diseñado por ese sector, que incluye, a líderes de opinión o periodistas que en el pasado llegaron a tener convenios de publicidad tan impresionantes, como lo señala una nota del periódico Chicago Tribune, que el 24 de mayo de 2019 reveló las cuantiosas cifras de dinero que estos individuos recibían del Gobierno Federal.
¿Qué sigue ahora? ¿Cómo se desenlazarán los acontecimientos en este proceso electoral tan asfixiante y confuso para la población?
Se cree, y el Gobierno Federal ha alertado de esta posibilidad, que la violencia es inminente.
Se trata de una violencia que un bloque estaría armando con el apoyo de los individuos más ricos de este país.
Ese escenario, producto de un plan que busca culpar al Gobierno Federal de esa situación, y que hasta el momento les ha funcionado bien en la mayor parte de los medios nacionales, ya es percibida por la gente, sin embargo, poco se cree que llegue a ocurrir.
¿Qué ganaría la oposición con generar ese nivel de violencia?
Denunciar ante las autoridades judiciales de la federación de un “fraude electoral” y una “elección de Estado”, que estallarían como una bomba, sin que otras instancias pudieran intervenir y resolver la trampa de un callejón sin salida e incidir en semejante crisis.
Viene la presentación de un “descontento social” inexistente, si bien hay fallas como en todos los sexenios, pero no a esos extremos.
¡Excelente inicio de semana!
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