Mauricio Zapata
Hace unos días, se llevó a cabo un evento oficial en donde recordaron el bicentenario del primer Congreso parlamentario de Tamaulipas.
Se llevó a cabo en aquel lugar donde se instaló ese primero Congreso y el primer Gobierno estatal.
Ahí donde se fusiló al libertador de este país y donde se reiteró que es un villanazo.
Sí. De esto último me refiero a Agustín de Iturbide.
Entre los discursos, se habló de este personaje que la historia nos dice que es malo y que tenemos que odiar.
Creo que no venía al caso en ese evento el tema de Iturbide. Quizás solo la mención de su fusilamiento, pero no el repetir que es un “conservador”, traidor de la lucha de la independencia.
Iturbide quien fue el que consumó la independencia, que le dio nombre a esta nación, que le dio identidad al crear, incluso, su Lábaro Patrio y la primera constitución ya como país independiente.
Iturbide que fue quien convenció al último virrey español de firmar el acta de independencia y los últimos rebeldes de que hicieran lo propio.
Negoció con Vicente Guerrero para acabar con la guerra y dar a luz a una nueva nación.
Pero sigue siendo un villano.
Los historiadores prefieren que el viejo bonachón de Hidalgo, cuya lucha solo duró cuatro meses y no tenía sentido ni estrategia, siga siendo el héroe de héroes.
Que Juárez, quien nunca ganó una elección presidencial, continúe siendo el gran estadista de México.
Que el “papanatas” de Madero, un aristócrata crecido y educado en extranjero sea el prócer de la democracia, a pesar de que ejerció uno de los peores gobiernos que ha tenido México.
Que Díaz, quien sí transformó al país, sea un villano.
Y, como ya lo señalamos, que Iturbide, el verdadero libertador de México, siga siendo otro de los verdugos de la patria, pese a que fue quien le da identidad a este tan maltratado país.
Pero eso es México.
Un país educado por esos políticos que interpretaron la historia del país según sus conveniencias y los glorifican en los aburridos y detestables libros de texto de la SEP.
EN CINCO PALABRAS.- El país de las víctimas.
PUNTO FINAL.- “Se salen por la puerta de entrada”: Cirilo Stofenamcher.
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