Mauricio Zapata.-
Solo una mente perversa atentaría contra la ciudadanía atizando acciones violentas con tal de dañar la imagen de un político adversario.
Hasta ahora no ha habido bajas de población inocente, sin embargo, el terror se sigue dando en calles de poblaciones fronterizas.
Según el parte oficial, emisarios del pasado son los que están atrás de los hechos violentos registrados desde el fin de semana pasado en ciudades como Reynosa y Matamoros.
Lo cierto es que los panistas desde el uno de octubre del año pasado, día en que dejaron legalmente el poder, han sido muy enfáticos en que la inseguridad resurgió y culpan al Gobierno estatal de ese fenómeno.
Han sido tan insistentes que causa ‘sospechosismo’ que anden todos los días con eso y esa sea su bandera para desprestigiar al gobierno actual.
Cierto, durante la administración pasada se contuvo la violencia. Aunque hay que recordar que al menos dos o tres veces al año habían situaciones de riesgo en distintas localidades del estado, principalmente en el centro y norte.
Hay que recordar que, entre el 2018 y 2020 Ciudad Victoria estuvo dentro del ‘top-ten’ de las ciudades más violentas del mundo.
Hay que recordar aquellas masacres en la Ribereña, o aquel episodio en Reynosa en donde un grupo de delincuentes se agarró a dispararle a la gente inocente.
Es decir, tampoco fue una era de paz constante.
Ahora bien, el actual gobierno debe garantizar la tranquilidad a los tamaulipecos. Es una obligación constitucional.
No podemos seguir culpando al cabecismo de los males que padece Tamaulipas y esperar a ver si cae alguien por corrupción o delincuencia.
Es momento de actuar y de establecer que, hoy por hoy son ellos, los de Morena, los que están en el poder, los que gobiernan, los que de alguna manera mandan.
Lo cierto es que todo esto tiene que ver –y mucho- con el tema político de cara a las elecciones del 2024. En Tamaulipas, además de votar por Presidente, Senadores y Diputados federales, también renovaremos las alcaldías y el Congreso local.
Está en juego parte del poder.
Por eso es irremediable pensar que todo esto tiene que ver con un tema político-electoral.
EN CINCO PALABRAS.- Qué culpa tiene la población.
PUNTO FINAL.- “No hay mal que por elecciones no venga”: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata
