María José Zorrilla.-
Cuando se critica alguna acción de la 4T los AMLOVERS siempre
salen con el mismo cuento de y ustedes dónde estaban cuándo el PRI y el
PAN fueron gobierno y también hicieron de las suyas. El cuento de dónde
estaban ahora podría aplicarse en lo acontecido antes que OTIS azotará
Acapulco y buena parte del estado de Guerrero.
Ya no hablaremos ni del presidente ni de la gobernadora, es probada
su incapacidad para tomar decisiones en momentos de serios peligros
para la vida y los bienes de millones de personas.
La pregunta va hacia el Almirante Diplomado del Estado Mayor
Alfredo Hernández Suárez comandante de la 12 Región Naval
con sede en Acapulco Guerrero quien asumió el cargo el 28 de junio
de este 2023. De acuerdo con el Plan Marina de Auxilio a la población civil
en casos y zonas de emergencia o desastre, la Secretaría de Marina
contempla los planes de auxilio a la población civil en cuatro niveles:
nacional, de litoral, regional y local, cada una con tres fases de aplicación:
Prevención, auxilio y recuperación.
La fase de prevención tiene una especial importancia ya que está encaminada a
evitar y/o mitigar los efectos destructivos de un fenómeno perturbador antes
de que sus efectos impacten en un área geográfica. Debemos suponer que la
máxima autoridad naval del Estado de Guerrero debe permanecer informada 24
horas al día de la situación climática de su zona. O cómo puede estar al
frente de navíos y personal sin conocer las condiciones atmosféricas de su
región ante el vertiginoso incremento de categoría 1 a 2 y luego a 3 del
huracán Otis en las horas previas a su llegada el Almirante Hernández
debió estar en contacto con el secretario de Marina para informarle del
peligro que suponía una tempestad catastrófica ya de categoría 2 a las 13
horas del 24 de octubre con vientos de 175 kilómetros por hora y a las 14
horas ya los vientos eran de 205 kilómetros por hora.
Esos vendavales eran suficientemente graves como para que todos los mandos
de gobierno desde el presidente de la República, el Secretario de Marina, el del
Ejército, la secretaría de gobernación, el de protección civil, la gobernadora y los
presidentes municipales estuvieran actuando y poniendo en marcha todos
los mecanismos posibles para prevenir a la población, para desalojar a las
personas en zonas de riesgo, para ordenar toque de queda, cerrar
establecimientos, tomar previsiones de todo tipo.
Me tocó estar en la Presidencia Municipal de Puerto Vallarta unas horas antes de
que el Kenna azotara la ciudad el 25 de octubre del 2002. Estaba al frente de la
cartera de Cultura de la ciudad y preparaba con Dianita mi asistente el Festival de
las Artes que iniciaría el 1ero de noviembre con la actuación de Armando
Manzanero. Era mucho el trabajo y la logística del evento y nos alcanzó la
noche en la presidencia. Salimos a las dos de la mañana del 25 de octubre.
Sabemos que este huracán fue avisando con más anterioridad que el Otis
de su peligrosidad, pero lo interesante es el despliegue que se estaba
llevando a cabo justo 8 horas antes de su llegada a tierra en el Salón de
Cabildos de la ciudad. Estaban reunidos con el presidente Municipal Pedro
Ruiz Higuera, el Vicealmirante de la 8 Zona Naval Militar, el General
Brigadier de la Cuadragésima Primera Zona Militar, los altos mandos de las
policías, de protección civil, de la IP, de constructoras, CFE, bomberos y
prensa en una encerrona para hacer el mejor manejo posible de la crisis
que se avecinaba. A la población en zonas de alto riesgo se les trasladó a
refugios temporales aún contra su voluntad.
Mucho llamó mi atención que en ese momento el presidente Municipal le cedió el
mando al Vicealmirante de la Zona Naval quien fue el encargado de dirigir las
maniobras, logística y prevención junto con el General de División de la Zona
militar y desplegar el Plan DN III. Al salir del palacio municipal a las 2 de la
madrugada del 25 de octubre a unas horas antes de que tocara tierra el huracán,
fue muy impactante ver más de 500 metros de vehículos de todo tipo estacionados
afuera de la plaza principal listos para la acción donde se requiriera. Había
camiones militares, carros de bomberos, ambulancias, maquinaria pesada,
patrullas de todos colores, trascabos de la ciudad, equipo de la CFE. No he
podido asimilar realmente dónde estaban todas esas autoridades, cuál fue
el papel del Almirante de Acapulco, del General de la zona militar. Tuvieron
casi 8 horas para organizar una logística de prevención que en Guerrero
simple y sencillamente no aconteció.
En muchas ocasiones el crimen organizado ha paralizado sectores y ciudades
completas en menos de 15 minutos como cuando tomaron las principales vías
de acceso y cercaron literalmente Guadalajara después de que había sido detenido
un alto mando del Cartel Jalisco. Nuestras autoridades con 8 horas de anticipación
no hicieron nada. Dónde estaban todos, dónde estaba el General Martin
Gerardo Franco Flores de la Vigésima Séptima Zona Militar de Acapulco.
Pobre muy pobre nuestra defensa naval y militar. Es una gran vergüenza
que un huracán los agarró desprevenidos, con los brazos cruzados y con un
montón de familias destrozadas por la tragedia.