noviembre 22, 2024
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Rogelio Rodríguez Mendoza

¿Y eso qué, Presidente?

marzo 25, 2024 | 209 vistas

Dice el presidente, Andrés Manuel López Obrador, que el secuestro masivo de 66 personas en Culiacán, derivó de una confrontación entre grupos del crimen organizado.

¿Y luego? ¿Qué tiene que ver eso de que se trate de un “choque” entre cárteles? Eso lo sabemos todos. Es una obviedad.

No, Presidente. No intente jugarnos el dedo en la boca. El secuestro masivo, entre cuyas víctimas había varios niños, es otro indicio de la barbarie que vive el país. Y eso es lo que se critica. Lo que se le reclama a su gobierno.

También es muestra del desparpajo con el que operan los grupos criminales. Pero, sobre todo Presidente, es la evidencia más contundente de la incapacidad de su gobierno para frenar a la delincuencia y de la abierta impunidad con que están operando los criminales.

Eso es lo que nos preocupa a los ciudadanos. Eso es lo que le reclamamos a usted, y a todos aquellos gobernadores de entidades donde los maleantes operan abiertamente, con total impunidad.

Y no se trata de partidos políticos. Lo menos que uno, como ciudadano, quiere es culpar a Morena, PAN, PRI o Movimiento Ciudadano. Los culpables tienen nombre y apellido, y son aquellos, como usted, que han sido incapaces de cumplir con sus responsabilidades.

Lo que uno exige es que haya resultados en el combate a la inseguridad pública, sin importar quien esté en el gobierno.

Lamentablemente, hay que decirlo, su gobierno, presidente, López Obrador, ha fallado. Su estrategia de seguridad ha sido un rotundo fracaso. Las evidencias están a la orden del día. A diario los mexicanos nos amanecemos con noticias de masacres, de secuestros masivos, de crímenes de políticos, y de toda una gama de delitos que nos tienen a los mexicanos con el miedo a flor de piel.

Lo peor de todo es que, usted y sus colaboradores, tratan de dorarnos la píldora, repitiendo que, “el país está en paz”, que “la situación de violencia delincuencial es culpa del pasado”, o de que, como nos dice ahora, “se trata de confrontaciones entre grupos del crimen organizado”.

De esa forma, su gobierno trata de exculparse a sí mismo. De convencernos de que, hechos como el secuestro de 66 personas en Culiacán, “son cosas que pasan”, como dijo el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, en un fallido intento por minimizar la situación.

A la par de ello, también encabrona que se nos haya generado, falsamente, la expectativa de que su gobierno sería capaz de pacificar al país, pero encabrona aún más que cada que sucede un hecho de extrema violencia, se recurra al estribillo de culpar a los anteriores gobiernos.

¿Pero sabe qué? Lo que más me preocupa de todo esto es que, la próxima presidenta de México, ya sea Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, también vayan a fracasar.

Ojalá no sea así porque, créame, el país no resistirá más. Si los cárteles mexicanos se siguen empoderando y mostrándose más sanguinarios, llegará un momento en que cada ciudadano tendrá que buscar la forma de defenderse y defender a los suyos.

Créame no es exageración pensar en un escenario de esa magnitud. Para allá vamos si seguimos padeciendo el mismo modelo de gobierno que tenemos.

Crucemos los dedos de que no vaya a ser así. Mientras tanto, lo único que nos queda es armarnos de paciencia, y tratar, cada quien, de cuidarnos en nuestro entorno, con la esperanza de que la llegada de un nuevo gobierno vaya a mejorar las cosas.

Aunque le confieso: la verdad no tengo muchas esperanzas de que así vaya a ser.

 

EL RESTO

Absolutamente de nada ha servido la instalación de cuarteles de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional, en Tamaulipas.

Uno pensaría, por sentido común, que disponer de más presencia de las fuerzas armadas provocaría una disminución de los delitos, sobre todo aquellos de los llamados de alto impacto.

Pero no. No ha sido así. Los grupos criminales no se han intimidado, y los delitos, sobre todo las ejecuciones, siguen al alza.

Lamentable que así sea. Pero esa es la realidad.

ASI ANDAN LAS COSAS.

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