En estos días ha habido mucha confusión con el tema del calor y si deben ir los alumnos a la escuela.
La SET no ha sido muy precisa que digamos en sus conceptos.
Dijeron que no había clases mediante un oficio, pero casi con letras chiquitas aclararon que solo era para las escuelas jodidas que no tenían ni un ventilador.
Que en las secundarias y prepas sí habrá clases.
Que en aquí sí y allá no. Que aquí sí, pero solo unas horas. Que allá no, pero que no salgan a almorzar.
Así de imprecisos.
El asunto es que ya los chamacos no tienen nada que hacer en las escuelas salvo ir a pasar el rato.
Las evaluaciones culminaron justamente esta semana, ya hasta pasaron calificaciones y prácticamente terminaron el programa.
Entonces ¿a qué van a la escuela?
Si bien es cierto, se debe cumplir un calendario de tantos días por ciclo escolar, pero una de dos: o no lo planificaron bien o solo les salió sobrando un mes.
El asunto es que, ante este clima tan complicado que se ha dejado sentir en la región, ¿por qué ya no terminan el clico escolar y mandan a los chamacos a sus casas?
Lo que van a hacer a la escuela, es solo pasar el tiempo, las actividades ya no forman parte de la calificación ni final y ni parcial.
Entonces lo que deberían hacer es terminar el ciclo escolar, o bien, que concluya con “clases” en línea para regularizar a algunos estudiantes “burros” o para que no se enfríen con ciertos temas los “aplicados” y que los maestros puedan justificar su chamba.
Pero ante este clima tan insoportable y a la vez peligroso para los alumnos, deberían concluir ya las clases presenciales y así evitar alguna situación de riesgo, tanto para los chamacos como para los profes.
Si no van a perder clases, porque –insisto- ya terminaron el programa académico, no tiene caso que vayan a los planteles a exponerse a las altas temperaturas.
Y es que todo indica que la semana que entra, ya la que viene serán también con intensos calorones.
No sé, podría la Secretaría de Educación de Tamaulipas pensar bien en esa estrategia y poner fin al ciclo escolar.
Como se dice en el argot futbolístico: “ya pítale, árbitro”. O sea, ya terminen las clases.
EN CINCO PALABRAS.- Por el bien de todos.
PUNTO FINAL.- “Tienen ganas de no tener ganas”: Cirilo Stofenmacher.
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