Rogelio Rodríguez Mendoza
Lo dicho: faltan todavía poco más de tres meses para que termine la 65 Legislatura del Congreso del Estado, pero ya está abierta la disputa por la presidencia de la Junta de Gobierno en la 66 legislatura, que iniciará su ejercicio el uno de octubre próximo.
Obviamente, la pelea se está dando entre quienes integrarán la bancada de Morena, porque al ser el grupo mayoritario tendrá el derecho absoluto a presidir el máximo órgano de gobierno en el Poder Legislativo.
Uno de los diputados que están inmersos en esa disputa es el reynosense Armando Zertuche Zuani, quien ya ocupó ese cargo en los primeros meses de la legislatura en funciones, hasta que, a través de un madruguete legislativo, el PAN lo desplazó para colocar en su lugar a Félix “El Moyo” García Aguiar.
En octubre próximo, el psicólogo de profesión iniciará su segundo período de tres años como diputado, ya que al haber sido el primero en la lista de candidatos pluris de Morena tiene asegurada una curul, aunque evidentemente quiere también ser el próximo inquilino de la oficina más importante del Congreso.
En ese propósito, Zertuche parece estar aplicando ese clásico de, “no diré nada, pero habrá señales”, porque durante las últimas semanas ha tenido una presencia casi diaria en su cubículo del inmueble legislativo, algo que no hacía anteriormente.
Además, quienes se identifican con su grupo político ya hasta se andan repartiendo las principales oficinas de mando en el Congreso.
A favor del morenista habría que decir que ha sido un buen diputado. En la legislatura en funciones es uno de los pocos que ha privilegiado la calidad y no la cantidad de sus iniciativas.
Sus participaciones en tribuna, aún en las sesiones más estridentes y conflictivas (que son muchas) han sido mesuradas, bien argumentadas y alejadas del insulto. Su formación de psicólogo en mucho le han ayudado a su mesura.
Sin embargo, Zertuche, como todos aquellos que ambicionan la presidencia de la Junta de Gobierno, debe saber que la decisión se toma en Palacio de Gobierno y que no siempre es la capacidad o talentos lo que inclina la balanza en favor del aspirante.
En realidad, el cargo lo recibe aquel que tiene mejores “padrinos” políticos. Esa es la ruta segura para ascender en la escalera del poder público. Es una realidad inobjetable.
En el caso de Zertuche está visto que trae un buen respaldo político. Haber sido el primero en la lista pluri de Morena es una señal contundente de que tiene un buen apoyador.
La pregunta es: ¿le alcanzará ese padrinazgo para lograr la presidencia de la Junta de Gobierno? La respuesta la sabremos seguramente hasta una semana previa al inicio de la próxima legislatura o, incluso, cuando ya hayan iniciado su ejercicio los nuevos diputados.
Sin embargo, Zertuche ya levantó la mano.
Ahora que tampoco esta descartada la continuidad de Úrsula Patricia Salazar Mojica, quien el pasado dos de junio ganó con mucho margen el derecho a la reelección como diputada representante del distrito 21 de Tampico.
Aunque tuvo un inicio difícil como presidenta de la Junta de Gobierno, la sobrina del presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho un trabajo destacado en el cargo.
De entrada, hay que reconocerle que supo librar muy bien aquella encrucijada en que quedó atrapada cuando una resolución del Tribunal Electoral le ordenó devolver la presidencia al PAN.
Salazar Mojica y sus asesores dieron vida a la Junta de Gobierno y Morena se mantuvo al mando en el Congreso, con todo lo que ello significa para la administración del gobernador Américo Villarreal Anaya.
Además, ha conseguido apaciguar los ánimos rijosos en el Pleno, lo que ha permitido que al menos durante el último año la 65 Legislatura haya transitado en calma.
Bajo esos antecedentes, y con la experiencia acumulada, Salazar Mojica es el mejor perfil para presidir el Congreso durante los próximos tres años, pero volvemos a lo mismo: la decisión no se toma en base a capacidades del candidato sino de acuerdo a conveniencias e intereses políticos.
A ello hay que sumarle que es mucha la insistencia en la versión de que Úrsula pedirá licencia para asumir una secretaría en la administración estatal.
Veremos y diremos.
ASÍ ANDAN LAS COSAS.