Vladimir Meza / El Sol de Tampico
Antonia Staacke y Laura Möller, amigas y ciclistas alemanas, llegaron a Tampico como parte de su desafiante travesía en la que buscan cruzar el continente americano en bicicleta, partiendo desde la Patagonia, Argentina, hasta llegar a Alaska, Estados Unidos.
De Argentina a Alaska en menos de un año
Estas intrépidas ciclistas originarias de Hamburgo ya disfrutaban de esta actividad en su país, pero ansiaban superar sus propios límites, por lo que se comprometieron con el desafío de recorrer todo el continente americano en menos de un año.
“En Alemania, ya solíamos rodar mucho, de días o semanas. Queríamos conocer nuestros límites, así que decidimos este reto y un recorrido más largo. Por eso elegimos esta ruta, desde la Patagonia, Argentina, hasta Alaska”, explicó Laura.
“Queremos demostrar que las mujeres también pueden, porque usualmente son hombres o parejas”, afirmó, destacando su dominio del español gracias a un voluntariado en Colombia, lo que les permitió superar la barrera del idioma.
Grata sorpresa al llegar a México
Las noticias alemanas infunden un cierto temor hacia México, lo que preocupaba a las amigas antes de cruzar el país, sin embargo, se sorprendieron gratamente al descubrir lo contrario.
“Nos gustó mucho y nos sorprendió cómo nos recibieron; en Alemania, tienen hasta miedo del país y nosotros encontramos todo lo contrario”, explicó Laura.
Aunque son vegetarianas y no son aficionadas al picante, han disfrutado de la rica comida mexicana, así como de la hospitalidad de quienes las reciben.
“La hermandad biker es muy numerosa y nos une el amor y pasión por este deporte; hacemos amistades, convivimos y comemos muy rico”, agregó Laura, agradecida por la cálida recepción de asociaciones como “Enlace Bikers México”.
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Un gran reto
El tiempo es su principal adversario en esta odisea y aunque desearían quedarse más tiempo en cada lugar, su apretada agenda solo les permite dormir, comer y reponer energías para continuar.
Con la meta de llegar a Alaska para agosto, estas ciclistas alemanas concluyen con un mensaje inspirador: “A veces, hay cosas que dan miedo, pero vale la pena intentarlo. Si hay sueños, hay que perseguirlos”.