STAFF ED.-
Una investigación independiente ha revelado que las autoridades británicas y el servicio de salud del país expusieron a sabiendas a decenas de miles de pacientes a sangre contaminada entre la década de 1970 y principios de la década de 1990.
Se estima que unas 3.000 personas han muerto y muchas más han quedado enfermas de por vida a causa de este escándalo.
La mayoría de las víctimas eran pacientes con hemofilia, que recibieron un tratamiento contaminado con VIH y hepatitis C.
UN «CATÁLOGO DE FRACASOS» POR PARTE DE LAS AUTORIDADES
El informe critica duramente a los gobiernos y profesionales de la salud por su negligencia y por encubrir el escándalo durante décadas.
Los autores del informe señalan que las autoridades priorizaron su reputación y el ahorro de dinero por encima de la salud de los pacientes.
Hubo intentos deliberados de ocultar el escándalo e incluso se destruyeron documentos.

DÉCADAS DE LUCHA POR LA JUSTICIA
Las víctimas del escándalo de la sangre contaminada han estado luchando durante décadas por obtener justicia y una compensación adecuada.
La investigación finalmente se aprobó en 2017 y ha durado cuatro años.
El informe final se espera que tenga un impacto significativo en las demandas en curso contra el gobierno.

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