septiembre 7, 2024
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José Inés Figueroa Vitela

Acá entre nos

julio 11, 2024 | 90 vistas

José Inés Figueroa Vitela

 

¿Se están peleando los PAN-cabecistas y los AVA-morenistas con el tema de los hallazgos de corrupción dentro del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos de Tamaulipas?

¡Nombre!, es solo otro intento de impunidad de los rescoldos de aquellos lodos, contra el imperio del derecho y la justicia, reclamado por la ciudadanía y procurado por el Gobierno estatal de la Cuarta Transformación.

La menos indicada para pretenderse defensora de oficio, es la seño DULCE ADRIANA ROCHA SOBREVILLA, cuya designación como Comisionada y Presidenta del Instituto está viciada de origen y a reserva de otras pesquisas, de suyo, en eso ella ya es culpable de corrupción.

Con 24 años de militancia en el PAN, en los gobiernos panistas fue regidora en Reynosa, Coordinadora Estatal de las Estancias Infantiles de Sedesol Federal, Consejera Nacional y Estatal de Acción Nacional, oficial tercero del registro civil en Reynosa y cuando ISMAEL GARCÍA CABEZA DE VACA se fue de candidato al Senado, le dejó la Secretaría General del Comité estatal panista.

De ahí brincó a comisionada de transparencia.

Por supuesto, el reglamento lo prohíbe, pero por simple lógica, dígame alguien si una persona con ese nivel de compromiso y dependencia obligaría al ente público que le correspondía, a ser transparente y responder a los reclamos ciudadanos de información pública.

Ahora, dígame el respetable, si su explicación de que fue el Gobierno el que valuó los vehículos en uso con precios menores al de la chatarra y la aprobación de la cuenta pública por la Auditoría Superior de JORGE ESPINO -con sus misma taras y trabas-, lo que exonera a los involucrados en la autoventa de esas unidades y otras irregularidades denunciadas.

Como ella, HUMBERTO RANGEL VALLEJO, el expresidente del Itait en cuya gestión se ubican los primeros delitos denunciados, llegó al cargo por los conductos equivocados, lastimosos, condenables, en su caso, en pago a su renuncia al Partido Verde Ecologista, para ponerse al servicio del gobierno cabecita desde el escaño legislativo que detentaba.

Desde el origen, insisto, en el ejercicio y pasado este, se han cometido tantos agravios contra la sociedad tamaulipeca, que exige una satisfacción al respecto.

Ahora que ya pasaron las elecciones y no se pueden alegar motivos político-electorales, es el momento que la maquinaria de la justicia se haga efectiva.

Habrá, entre las Fiscalías y Tribunales, quienes se sigan sintiendo comprometidos, al servicio del exgobernador de triste memoria, pero igual los hay, en unas y otras instancias, profesionales del derecho, procurantes y administradores de la justicia con vocación y decencia.

Por estos últimos se espera que el imperio de la ley no dilate más; por los otros, la justicia mayor llegará a rajatabla más temprano que tarde.

Fue el mandato de las urnas: que Morena y sus aliados tuvieran mayoría calificada en las Cámaras, suficientes para hacer las reformas que sean necesarias, incluida la reforma profunda al poder judicial, con todos sus corruptos fuera, si no es que sometidos al pago de sus tantos delitos.

Y todos esos comisionados, consejeros y magistrados, que están y han pasado por los llamados “entes autónomos”, solo para validar los excesos de quienes ahí los pusieron o les llegaron al precio, finalmente también responderán por sus actos.

La soberanía popular, vuelta un eufemismo en el imperio del prianismo, volver por sus fueros.

Entre tricolores se traen un debate a favor y en contra de las reformas a sus estatutos y pretendida reelección de largo aliento de su dirigente nacional, “ALITO” MORENO.

Siguen sin darse por enterados, nadie les ha leído la esquela ni les pasó el certificado de desahucio, cuando se inyectaron el virus azul. “ALITO” solo fue la última estocada y su proyección de avance se da tres metros bajo tierra, sepultado boca abajo.

La elección ya pasó y cada quien se puso en su lugar; darle la vuelta y actuar en consecuencia es lo procedente.

En Reynosa, la educación y la cultura son el complemento puntual, a la amplia oferta pública que desde el gobierno municipal de CARLOS PEÑA ORTIZ se ofrece a sus ciudadanos.

En su nombre, fue la regidora MARÍA ESTHER CAMARGO FÉLIX quien clausuró los cursos de canto impartidos por el Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes, con un memorable concierto de voces que hizo las delicias de propios y extraños.

El impulso que al talento artístico pródiga la administración local, alcanzó para que, entre otros muchos logros, la Banda Sinfónica Juvenil Municipal maestro Elías Valenzuela recién partiera al Festival Internacional de Bandas Sinfónicas, que se celebra en Perú.

El Jefe Edilicio felicitó sus logros y talentos, deseándoles el mayor de los éxitos en esta experiencia.

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