Se acabó. Hoy terminan las campañas y a partir de mañana cero proselitismo.
Es tiempo de reflexionar.
Es tiempo de analizar por quién vamos a votar.
Es muy importante esto, porque no podemos dejarnos llevar por las vísceras.
Evitemos votar con las tripas, para prevenir que nos gobiernen con el hígado.
En las últimas elecciones, tanto locales como federales, nos hemos dejado llevar por el resentimiento y el odio. Y miren cómo nos ha ido.
En el 2016 buscamos hacer enojar a los que nos estaban gobernando votando, no a favor de una causa, sino en contra de la otra.
En el 2018 fue igual. Fuimos a las urnas enojados. Y el enojo genera odio, y el odio es el peor de los sentimientos.
Pues para eso son estos días de reflexión.
Dejemos atrás los dimes y diretes. La guerra sucia y la guerra sin cuartel. Olvidémonos de quién habló más bonito o más feo. De quién presentó mejores eventos, o de quien llevó a los grupos de moda.
No caigamos en aquello del más simpático o el más antipático.
O el más feo o el más bonito.
Es momento de pensar; de establecer cuál compromiso de todos los candidatos es mejor, pero sobre todo, el que sea más viable y probable de cumplir.
Insisto: usemos la cabeza y no el corazón.
Analicemos la oferta de cada candidato. Analicemos cuál es su proyecto para los siguientes años. Su plan de acción; su planteamiento; y sus propuestas, no su guerra sucia.
Eso es lo que debemos analizar y reflexionar. Eso es, pues, lo que debemos pensar en estos días que se vienen para llegar convencidos a las urnas el domingo.
El 2 de junio, no solo se juega un cambio de personas en los Poderes Ejecutivo y Legislativo, sino se juega el futuro y, principalmente, la democracia.
Demostremos que el poder cívico no es para vengarse, sino para establecer un mejor gobierno.
Pensemos, analicemos y reflexionemos.
EN CINCO PALABRAS.- Literalmente, está en nuestras manos.
PUNTO FINAL.- “El día de las elecciones todos los candidatos son pardos”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata
