Mauricio Zapata
Hablar de los mejores alcaldes de Ciudad Victoria es abrir un debate tan amplio como apasionante.
La política local está marcada por personajes que, con aciertos y errores, han forjado el rumbo de la Capital tamaulipeca.
Sin embargo, algunos nombres resuenan más fuerte por su legado y la transformación que imprimieron en la ciudad.
Uno de los más recordados es Enrique Cárdenas González (1969-1970), quien, antes de ser gobernador, sentó las bases del desarrollo económico y social en Victoria.
Su visión modernizadora permitió la ejecución de proyectos clave, lo que le valió el reconocimiento ciudadano.
Más tarde, otro que dejó huella fue Ramón Durón Ruiz (1989-1992), un alcalde cercano a la gente que promovió la cultura y reforzó la identidad victorense con su particular carisma y estilo.
En los años 90, Gustavo Cárdenas Gutiérrez (1992-1995) marcó su administración con obras de modernización urbana y una apuesta por la infraestructura.
Más adelante, Eugenio Hernández Flores (2002-2004) continuó con esa línea, enfocándose en mejorar los servicios públicos y embellecer la Ciudad, lo que le dio popularidad antes de convertirse en gobernador.
Ya en tiempos más recientes, Alejandro Etienne Llano (2013-2016) se destacó por fortalecer los programas de seguridad y asistencia social, enfrentando tiempos complicados con una administración que, aunque criticada en algunos sectores, buscó dar estabilidad a la ciudad.
Ahora bien, ¿qué hace a un alcalde “el mejor”? ¿Es la cantidad de obras, su cercanía con la ciudadanía o la huella que deja en la memoria colectiva?
La respuesta depende del cristal con el que se mire. Lo cierto es que Ciudad Victoria ha tenido administraciones que han intentado mejorar el panorama, aunque también muchas que se han quedado en la mediocridad y el olvido.
Lo que necesita esta ciudad es liderazgo con visión, transparencia y verdadera vocación de servicio. No es cuestión de colores ni partidos, sino de resultados tangibles. Porque al final del día, lo que queda no son los discursos, sino los hechos.
EN CINCO PALABRAS.- Liderazgo, modernización, cercanía, identidad, resultados.
PUNTO FINAL.- «Gobernar es dejar huella, no cicatrices”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata
